lunes, diciembre 19, 2005

Caminando por Bogotá

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Sistema Atrabilioso.

La oposición siempre encuentra argumentos para desacreditar la gestión de los gobernantes de turno. Soy un ferviente creyente en la necesidad de la existencia de una oposición activa, constructiva y veedora de la gestión del gobierno. No creo en la destructiva, en la crítica sin fundamento. No creo en los que critican por criticar, sin argumentos, sin posiciones definidas y sobre todo, manipulando la información.
Uno de los temas más sensibles y que preocupan a la ciudadanía es la seguridad. Y me refiero a la seguridad del día a día. Esa seguridad que es necesaria en cualquier lugar del mundo para ser capaz de desempeñar las funciones propias de cada individuo. Escuché muchas cosas al respecto. Amigos que venían de visita a esta ciudad y contaban historias tenebrosas acerca de lo que podía pasarle a cualquiera que se arriesgara a salir a caminar especialmente en la noche.
Así que en las últimas semanas y cada vez que el tiempo me lo permite, salgo a eso: a caminar. Y lo que me he encontrado es algo que se encuentra en todas las ciudades del mundo: gente haciendo lo que tiene que hacer. Multitudes de personas que van al trabajo, a los centros educativos, a una cita de negocios o simplemente estaban haciendo lo mismo que hice yo, es decir, recorrer la ciudad.
El 15 de diciembre pasado, tuve la oportunidad de ver a Bogotá en plena actividad. Ese día, para ser más exactos la noche del 15, se realizó La ciclovía nocturna. Una costumbre que según me contaron fue instaurada hace unos años y que permite a miles de personas disfrutar de una caminata nocturna en compañía de sus familiares y amigos. Yo ví gente gozando de lo lindo. Muy seguramente hubo problemas. Pero fueron hechos aislados. Vi tolerancia, vi armonía, vi paz, vi esperanza, vi orden, vi niños con sonrisas en sus rostros.
Queda mucho por hacer. Todo es susceptible de mejorar. Falta más presencia de la fuerza pública, control a la venta indiscriminada de licor, mejora en la demarcación e información. Pero creo que en el tema de seguridad, la capital de Colombia va por buen camino. Es el resultado de muchos años de educación, de campañas cívicas, de gobiernos que se han empeñado en llevar a este país por la senda correcta. No podemos bajar la guardia. No podemos echar hacia atrás.
Pero me gustaría que eso que ví se extendiera a todos y cada uno de los rincones del país. Que se pueda salir a caminar sin temor en cualquier vereda, pueblo o caserío. Que la paz sea la regla y no la excepción. Que no se necesite de dispositivos de seguridad especiales y de una planeación exhaustiva para poder salir a pasear en la noche.
No olvidemos que la paz empieza por uno mismo. La tolerancia es la base para lograrla: El respeto a las ideas de los demás, a las creencias, costumbres y manera de pensar. La diversidad es lo que realmente forma a un país, lo hace dinámico, creativo y pujante. Usemos esa diversidad como herramienta de construcción, no como arma de destrucción.

lunes, diciembre 12, 2005

Terroristas Cibernéticos

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Sistema Atrabilioso.

Todas aquellas personas que escriben en un blog, un foro, una página de Internet o cualquier otro medio electrónico, en algún momento se verán frente a una situación que puede ser desagradable: la amenaza. En general ésta no pasa de ser una simple broma o un comentario escrito en medio de la rabia, la envidia o la euforia que producen el alcohol o las drogas. Se escribe de manera irresponsable sin tener en cuenta las consecuencias de la bromita y de lo que se dice.
Pero a veces la cosa se pasa de la raya. Escudados en el anonimato, algunas personas se dedican a lanzar amenazas frecuentes. La víctima empieza no prestando atención, pero la continuidad de las mismas hace que hasta el mismo Job pierda la paciencia y entonces quien las recibe responde de una manera agresiva. El intercambio de insultos termina cuando uno de los dos se cansa de tanta pendejada.
Hay algunos agresores que pueden ser considerados “decentes”. Son aquellos que siempre firman con el mismo pseudónimo y muchas veces dejan el “link” de su propio sitio en Internet. Es decir, es posible desahogarse o empezar una batalla campal con ellos en su propio territorio. Ponen la cara, se mantienen en su posición, y hasta publican su foto y nombre propio. No, ellos no pueden ser llamados ciberterroristas. Malgeniados, groseros y agresivos, tal vez, pero ni cobardes ni terroristas. Dicen lo que piensan y hasta insultan, pero no se esconden.
Los otros, los que se aprovechan del anonimato que brinda Internet son los verdaderos terroristas del ciberespacio. Esos son seres despreciables, cobardes, marrulleros, tramposos, solapados, miedosos y acomplejados. Incapaces de debatir en forma abierta porque no tienen argumentos fuera de la descalificación, el insulto y la amenza. Siempre me he preguntado si serían capaces de decir lo mismo teniendo a la víctima al frente. Lo dudo, mejor aún, estoy seguro de que no.
Pero además de todo son brutos. El anonimato perfecto no existe en Internet. Ése es tan sólo un mito moderno. Una persona con medianos conocimientos de informática puede identificar con facilidad la dirección IP del autor de un mensaje. Y ni se diga si ésta es experta. Teniendo el nombre del proveedor de servicios de Internet es suficiente para llegar al autor de la amenaza. ¿Información reservada?, nada que una orden judicial no pueda resolver. ¿Está detrás de un servidor Proxy?, no esté tan seguro de su inmunidad, su huella electrónica queda en alguna parte.
Lo que pasa es que la mayoría de las veces las amenazas son bromas que no causan más que risa y tal vez algo de malestar. A algunos no les importa, la dejan pasar y no prestan atención, eso depende del carácter de cada cual. Pero cuando la cosa se pone seria, siempre existe un recurso para identificar de dónde procede el desagradable mensaje.
Si usted duda de los efectos que puede traer el amenazar a alguien vía Internet en su país, le sugiero que consulte con un abogado , se sorprenderá de lo que le puede pasar. Mínimo, un mal rato en la Fiscalía. En Estados Unidos por ejemplo, le clavan 5 años de cárcel y una multa de 250.000 dólares (Federal statute 18 U.S.C. 875(c)).Así que la próxima vez que se le ocurra amenazar, insultar o calumniar a alguien via Internet, piénselo. A lo mejor no pasa nada, pero nunca se sabe, la víctima puede molestarse de verdad y actuar acorde.

viernes, diciembre 09, 2005

Herederos de Morgan y Drake, Cia Ltda.

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Sistema Atrabilioso.

Lo que hace un radio. No la radio, me refiero a un “transistor”. Cuando viajaba hacia Colombia me di cuenta de algo: ¡la madre!, se me quedó el radio. Uno de esos de varias bandas, AM, FM y onda corta. Mi compañero de insomnios. Me fregué. Así que tomé nota mental de que necesitaba comprar otro. Un par de semanas después, en un pueblo remoto de este país, entré a una ferretería y miscelánea y vi un radio. Por 14.000 pesos pude adquirir un aparato que me permite escuchar emisiones en todas las bandas del espectro electromagnético. Pero algo me quedó sonando: el precio. Seguro que estaba engañando al dueño del establecimiento, así que le pregunté cómo era posible que por esa suma él fuera capaz de venderme el transistor y todavía obtener alguna ganancia. La respuesta me dejó frío: “y eso que usted no me regatió, se lo hubiera dejado en 12 pero como sumercé ni chistó….”
Me dí a la tarea de averiguar acerca de la piratería y el contrabando, únicas formas de poder vender artículos a precios tan bajos. Todavía no salgo de mi asombro. ¿Quiere comprar una batería para su celular?, por 5 mil pesitos se consigue en el “agáchese y recoja”, es decir, en los puestos de vendedores ambulantes de cualquier ciudad de Colombia. Se consigue de todo: sombrillas, radios, pijamas, sacos, discos, películas, juguetes, juegos y programas de computador. Lo que usted se imagine.
En palabras simples, la piratería es la elaboración y comercialización de copias de un artículo cualquiera sin pagar derechos de autor o de marca. El contrabando es la introducción a un país de mercancías sin pagar los impuestos de importación correspondientes. Mezcle usted piratería y contrabando y puede vender muy barato y ganar mucho dinero. Un disco compacto (CD, para los que gustan de los extranjerismos) pirata se consigue en China por menos de un dólar, súmele transporte y otros gastos y se puede poner en Colombia a un costo de dos dólares. Eso si quiere contrabandear, pero si lo que quiere es ganar más dinero, simplemente compre una copia “original”, y “queme” cuantas copias “no originales” quiera. La última película de El Zorro, todavía en cartelera, cuesta 8 mil pesos (Oír a Catherine Zeta Jones hablando en mandarín es para morirse de la risa). Las del aprendiz de mago están baratas, compre la segunda, la tercera y la cuarta y le enciman la primera. ¡Lo curioso es que todavía no ha salido al mercado la versión original del cuarto episodio!. ¿Cómo es posible?, una de dos: o alguien se mete al cine con una cámara de video y graba toda la película (obviamente con aplausos, ruidos de fondo y cabezas de espectadores) o algún vivo entrega una copia original para que sea pirateada, y eso sólo puede hacerlo alguien que trabaje en la productora. La Pelota de Letras, de Andrés López hizo las delicias de la comunidad colombiana en Costa Rica. Yo conseguí una copia por el costo del disco virgen, algún amigo me la quemó de otra copia que le habían llevado de Medellín. Me declaro culpable.
El contrabando y la piratería tienen implicaciones económicas, legales y hasta morales. Un compositor, músico, escritor, artista, diseñador gráfico, lo que sea, invierte tiempo, dinero y esfuerzo para crear algo. El productor a su vez pone los recursos para comercializar ese algo. Todo para que un vivazo le saque provecho al trabajo de los demás usando tan sólo un computador, un scanner o una fotocopiadora para producir una copia pirata. Podemos inventarnos todo tipo de excusas para comprar contrabando y cosas piratas: que no hay plata, que el original es carísimo, que para qué pagar impuestos si esa platica se la roban los políticos, que así ayudamos a los desempleados, que los dueños de la marca, patente o derechos de autor ganan millones, o que yo sólo quiero una de las canciones del disco y mejor la bajo de Internet. Lo único cierto es que tanto el contrabando como la piratería son actividades ilegales. Es una industria multimillonaria en Latinoamérica, detrás de ésta hay gente que gana millones de dólares, y no es exactamente la misma que le vende a usted el Whisky baratico.
Lo que hace un radio. Pero el original está en buenas manos, algún día lo recuperaré. Por ahora, sigo con mi genérico de 14.000 pesitos. Eso sí, me dieron factura.

viernes, diciembre 02, 2005

La soberbia de los burócratas, empleados públicos y dirigentes

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Sistema Atrabilioso.
Cuando uno lee el periódico, ve las noticias o repasa una revista y se encuentra con una noticia relacionada con alguna embarrada de un funcionario público, burócrata o director de una entidad del estado, uno puede esperar la respuesta típica: es que...(cambie los puntos suspensivos por la excusa que usted prefiera).
Ellos no pueden aceptar que se equivocaron. Siempre hay alguna explicación, justificación o excusa. O responden con algo que no tiene nada que ver con la pregunta formulada. O le echan la culpa a alguien más. No vale que el señalamiento sea perfectamente lógico y que la verdad esté ahí, a la luz pública, al final se saldrán con la suya: quedar bien (o eso creen) con la ciudadanía.
Hace unas semanas escribí sobre la improvisación del DANE en el arranque del censo. A nuestro correo llegó una amable carta explicando “por qué es importante el censo” y detallando la metodología usada, el entrenamiento que se dio a los funcionarios, etc. Se nota que no leyeron o no entendieron. Pues claro que es importante el censo. Pero que la embarraron durante la primera semana, la embarraron. Y de eso se trataba el artículo. Nada más.
La “excusitis” es algo tan arraigado en nuestro país que debe ser parte del perfil del colombiano: “profesora no pude hacer la tarea porque…”, “jefe, llegué tarde porque…”, “no puedo recibirle la consignación porque…”. En el día a día escuchamos excusas de todo tipo. Hagan la prueba, pongan atención cuando pregunten algo y con certeza la excusa aflorará en una fracción de segundo.
Pero lo peor se da cuando esa excusa viene en un tono de soberbia, como queriendo decir: si le gusta bien o si no también. ¿Entenderán los funcionarios públicos que la pregunta se hace por algo?. Uno no va a una ventanilla de información porque sí, va a preguntar porque no sabe y porque tiene todo el derecho de recibir una respuesta,no una excusa.
El colmo de la soberbia llega cuando se saltan los procedimientos establecidos. Si un trámite debe durar dos días, usted esperaría que en dos días el asunto estuviera solucionado. Pues no, pasan semanas y se reciben toda serie de “fuequés”. No importa la lógica, no importa que sea obvio que usted tienen la razón, si al funcionario público se le mete en la cabeza que usted está equivocado, a rezar, sonreír y tener paciencia. Si fue éste quien se equivocó, ni se le ocurra hacérselo notar, se gana su enemistad y su trámite pasará misteriosamente al final del arrume de papeles. Lo mejor es dar las gracias y decir vuelvo mañana.
Los funcionarios deben responder ante el público. Su trabajo es servir a la comunidad de una manera eficiente y amable. El problema es que muchos están en su puesto, como pago de un favor político y no porque reúnan las características necesarias para ejercer el cargo. ¡ Y se les olvida que su salario sale de los impuestos que pagamos los ciudadanos !.
¿Vale la pena quejarse?, definitivamente sí, pero nos encontramos ante el mismo problema: quien recibe la queja también es funcionario público. A veces es necesario acudir a los medios y cuando notan que media Colombia se enteró de la embarradita, los problemas se solucionan rápidamente. A mí me encanta la excusa que usan en estos casos : la verdad yo no estaba enterado de este hecho……pero inmediatamente tomaremos cartas en el asunto.Partamos de algo irrefutable: los colombianos no somos idiotas. Pareceremos idiotas por nuestra indolencia, pero no lo somos. Ustedes cumplan con su trabajo de servir a la comunidad, sean amables, respondan a los interrogantes, guíen a la ciudadanía y sobre todo, no den excusas, den respuestas.

Unas pregunticas y un "modelo" de eficiencia
¿Si la declaración del IVA es algo de obligatorio cumplimiento, por qué el bendito formulario es tan difícil de conseguir?, ¿en qué va lo del conector de la calle 80 de Bogotá?, ¿se cumplirá la orden de chatarrizar los vehículos de servicio público con más de 20 años de servicio?, ¿cuándo van a controlar la circulación de buses chimenea?
Estimado usuario de Atrabilioso, agregue su pregunta a esta lista. Lo más seguro es que obtenga una excusa como respuesta, pero no importa, arriésguese y formúlela, tal vez alguien se digne darle trámite.
Una perla de eficiencia: en cierto consulado colombiano en algún país latinoamericano, al señor cónsul se le ocurrió que para brindar un mejor servicio iba a establecer días para diferentes tipo de servicios. Pasaportes los lunes, autenticaciones los martes, solicitud de copias de documentos los miércoles, etc, etc. Es decir, ¡ ni se le ocurra perder su pasaporte un martes, porque le toca esperar hasta el siguiente lunes para que le den un documento que le permita viajar!. A una pobre señora la atracaron y le robaron los pasaportes de ella y los de su familia, ya no tenía dinero con qué pagar el hotel y la “soberbia” asistente del cónsul le dijo: en el cartelón de la entrada están establecidos los días en que se tramitan pasaportes. Muy eficientes.

martes, noviembre 29, 2005

¿Duplicar el salario mínimo?

Por: José Fernando Bonilla. Editor General Sistema Atrabilioso.
Qué tan serio es un debate acerca de este tema depende de qué tan serias sean las propuestas para lograrlo. Una cosa es proponer algo y otra muy distinta explicar cómo se logra la propuesta. El artículo del Dr. Serpa no dice nada nuevo. Habla de desigualdad, habla de la cantidad de desempleados, subempleados y de la informalidad (pregunto, ¿hay diferencias entre subempleo e informalidad?), pero no da la fórmula mágica para lograr que en cuatro años el salario mínimo “real” se incremente en el ciento por ciento de su valor actual.
El Dr. Serpa no dice cómo controlar la inflación, que con toda certeza se saldrá de los niveles actuales, tampoco nos indica cómo harán las empresas para compensar el incremento en costos sin trasladar éstos a los precios finales al consumidor y mucho menos cómo mantener competitivos los productos de Colombia en los mercados internacionales.
Un aumento en el salario mínimo aumenta de manera automática los aportes de las empresas al sistema de seguridad social y no de manera proporcional al incremento salarial, pues el monto de dichos aportes está determinado por bandas (intervalos) de ingreso: si se incrementa el salario base para el cálculo de los aportes, éste se reclasifica a la banda correspondiente, originando un mayor aporte de la empresa y por ende un mayor descuento al trabajador. Conclusión, las bandas deben modificarse sustancialmente o en su defecto determinar una tarifa única de aportes independiente del salario devengado. A ver si no brincan los sindicatos cuando se les diga que en aras de la “igualdad” todos aportamos el mismo porcentaje. Y hablando de seguridad social, me imagino que el propuesto incremento aplica también para las pensiones de jubilación vigentes. Si en la actualidad hay un serio déficit de presupuesto pensional, ¿cómo espera cubrir el gigantesco agujero que se crearía al aumentar el salario mínimo en los términos propuestos?
La inversión de capitales del exterior es una importante fuente de creación de empleo. Un incremento desmesurado del salario mínimo la desestimula. Los inversionistas miran con lupa el rubro de costos salariales. ¿Qué cree el Dr. Serpa que harán los potenciales creadores de empresas cuando comparen a Colombia con otro países de la región?. Es más, ¿sabe el Dr. Serpa que pasó con el sistema de maquilas de confección de ropa en Centroamérica y México?. ¿A dónde se fueron miles de empleos?. Curiosamente él dice que se estimulará la creación de empleos con un incremento del salario mínimo. Que por favor nos explique cómo.
Menciona el Dr. Serpa que en Brasil el salario mínimo real creció un 27% entre los años de 1997 y 2000. Eso NO es duplicar el salario mínimo, éste creció en el porcentaje mencionado : un 6% anual ponderado aproximadamente. Si el poder adquisitivo aumentó, es porque se controló la inflación.
¿Qué pasará con los salarios que hoy son equivalentes a cuatro veces el salario mínimo?. Para evitar una catástrofe mayor, éstos deben crecer a los ritmos actuales. O sea, el mínimo sube más o menos un 25% anual y los demás un 5% ó la desigualdad se mantiene. Vuelvo con la misma pregunta:¿los trabajadores pertenecientes a un sindicato aceptarán que sus compañeros reciban incrementos del 25% mientras ellos reciben tan sólo un “paupérrimo” 5?.
No doctor Serpa, con todo el respeto que usted se merece la solución no está en incrementar de manera exagerada el salario mínimo. La respuesta la encontrará en la educación; en la inversión en capacitación que permita crear productos y servicios de valor agregado que se vendan a buenos precios en Colombia y en exterior; en los inversionistas que vean a Colombia como una fuente de mano de obra altamente calificada y más barata que en sus países de origen; en la creación de empleo, que permita a todos los colombianos tener una vida digna; en la apertura de nuevos mercados para los productos colombianos; y en ser competitivos en el ámbito internacional.
Pero en algo tiene la razón, es un debate que debe darse en Colombia. De manera seria y con propuestas sustentadas en análisis económicos profundos. Que le demuestre al país que es posible lograr su objetivo sin descalabrar la ya maltrecha economía nacional. El Dr. Serpa dice estar rodeado de excelentes economistas y que él mismo es un experto en la materia, tal vez él tiene la razón, sólo le basta demostrarnos, explicarnos, contarnos, cómo logrará su meta. Pero que lo haga antes de las elecciones , porque si gana y se posesiona como Presidente será muy difícil cobrarle la deuda, y ahí sí, sus palabras no serán más que el típico discurso de candidato populista.

martes, noviembre 22, 2005

¿Está listo para afrontar los retos del TLC?

Por José Fernando Bonilla Ballesteros, Editor General Atrabilioso.
Muchos empresarios latinoamericanos, especialmente de Centroamérica, Caribe y los países Andinos han postergado decisiones de negocios en espera de los resultados de las conversaciones de los respectivos tratados de libre comercio con Estados Unidos.
El CAFTA (TLC Centroamérica-USA) ya fue firmado por Estados Unidos y falta la ratificación del mismo por parte de algunos países de esa región. Los países Andinos están en las etapas finales de negociación, y a pesar de los desacuerdos aún existentes, creo que el TLC se va a firmar. Bajo qué condiciones, no lo sé, eso sólo lo conocen los miembros de los equipos negociadores (para mí, no ha existido una adecuada comunicación a los diferentes sectores económicos de Colombia).
Asumiendo que se firma el tratado, ¿está usted listo para afrontar el reto de abrir nuevos mercados?, ¿está listo para competir?. La pregunta va dirigida especialmente a las pequeñas y medianas empresas (PYMES-generadoras de más del 80% de los empleos en Latinoamérica-); pues las grandes empresas ya están exportando o cuentan con los recursos humanos y económicos para empezar a hacerlo con relativa facilidad.
Son muchos los cuestionamientos que debemos hacernos para responder a la pregunta central. Sin el ánimo de presentar una lista completa de preguntas, doy algunos ejemplos:

1- ¿Cuántos de sus empleados son bilingües?
2- ¿Tiene (o está en proceso de crear) una estrategia de comercio electrónico? ¿Sabe usted qué es comercio electrónico y conoce las necesidades tecnológicas y logísticas que implica desarrollar y mantener un sistema de comercio de este tipo?
3- ¿Cuándo fue la última vez que revisó sus procedimientos de operación? ¿Tiene usted procedimientos de operación y los ha comunicado a todo su personal?. Si usted es empleado, ¿tiene acceso a un manual de procedimientos actualizado?
4- ¿Cumple usted con los requisitos legales necesarios para exportar?, ¿está usted registrado como exportador?
5- ¿Ya se reunió con un agente de aduanas?, ¿con un transportista internacional de carga?
6- ¿Sabe cuánto le cuesta poner su producto en Estados Unidos?
7- ¿Ya tiene un plan estratégico de negocios y éste incluye vender en Estados Unidos?
8- ¿Tiene usted conexión de banda ancha a Internet?
9- ¿Conoce usted a su competencia?

Como podemos ver, son muchas las preguntas. Un análisis completo y detallado para responder si estamos listos o no para competir una vez arranque el TLC puede llevar meses. Incluso años.
El TLC nos traerá miles de millones de dólares en productos y servicios que no pagarán impuestos. ¿Cómo van a hacer los países “en vía de desarrollo” para competir con la eficiencia de los países desarrollados?.
Una cosa es cierta: con o sin TLC la competencia existe, la globalización no echará marcha atrás, a menos claro está que se cierren los mercados (afrontando naturalmente las consecuencias que traería una decisión de esa magnitud). ¿Seguiremos esperando y pidiendo la protección de “papá Estado”, o trabajamos para mejorar la calidad y oferta de nuestros productos y servicios?.Este es el momento para crear e innovar; para capacitar y educar; para buscar soluciones, abrir mercados y encontrar nuevas oportunidades de negocios. Una de dos, o gastamos energías en quejarnos, o las usamos en prepararnos para tener una lucha a brazo partido. En la guerra comercial no hay prisioneros: sólo el más fuerte sobrevive.

martes, noviembre 15, 2005

El remedio está a la mano

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Atrabilioso.
Hoy tomo el riesgo de ser declarado persona indeseable, y como no soy “monedita de oro” para gustarle a todo el mundo, poco me importa.

En la primera página de El Tiempo del 11 de noviembre de 2005, sale una noticia que no es nada novedosa en Colombia: 14 personas llamadas a indagatoria por el caso del conector de la calle 80 de Bogotá. Léase, uno de los “tumbes” mejor elaborados de los últimos años en la capital del país. Digo uno, pues también es noticia el milagroso incremento en los costos de construcción de unos puentes. Ese incremento es de la bobadita de 16.000 millones de pesos (leyó bien, DIEZ Y SEIS MIL MILLONES).
No debería sorprendernos... ¿o sí?.
¿En qué carajos estamos pensando los colombianos?, o mejor aún, ¿en qué diablos pensamos los habitantes de esta porción del planeta que empieza en México y se extiende casi hasta el Polo Sur?. O somos muy ingenuos o somos una partida de indolentes e ignorantes. Creo que las dos cosas.
Cuando escucho a alguien decir que “yo no voto”, se confirma el trío de epítetos anteriormente mencionados. A mi me cuesta creer que no veamos la solución a nuestros problemas: está ahí, ante nuestras narices, en nuestras manos.

-A ver niños, ¿entendieron?
-No señooorrrrr.
Está bien, les explicamos de nuevo: cuando votamos, estamos haciendo uso de nuestro derecho y de nuestro deber de elegir a aquellas personas que van a manejar el País, la Ciudad, el Estado, el Departamento, el Barrio o cualesquiera sea la división política. Manejan el dinero, manejan las leyes, manejan la seguridad, manejan la inversión, manejan la salud, manejan la educación… manejan TODO. Pera veamos algo interesante. Cuando elegimos a alguien, no estamos eligiendo a una sola persona sino que votamos indirectamente por muchas personas. Ese candidato por el cual votamos, tiene el poder de nombrar a sus funcionarios y colaboradores. Nombramientos que la mayoría de las veces no se hacen por mérito, sino para pagar favores políticos, entiéndase como el pago por los votos aportados durante la campaña del elegido. Nadie trabaja gratis ¿cierto?. Pues bien, esos favorcitos políticos nos cuestan un ojo de la cara. ¿Ustedes si creen que es justo que alguien se robe su platica?
Pero eso sí, nos quejamos todo el tiempo: todos los políticos son iguales; es mejor no perder el tiempo votando; son una partida de ladrones; nunca hacen nada. Humm, ¿será que no hay gente capacitada en Colombia y en el resto de Latinoamérica?. No creo. Gente honesta y capaz hay, y mucha, lo que pasa es que no es elegida porque NO VOTAMOS POR ELLOS. Y eso se llama indolencia. Eso se llama estupidez y eso se llama pendejada.
Yo no voy a hacer campaña por ningún candidato, ni a tratar de convencer a nadie de que vote por Fulano o por Mengano, yo hago campaña por la democracia. Con todo el respeto que se merecen los usuarios de Atrabilioso: una persona que no vota es una persona que no ha entendido lo que significa la democracia. Así de simple. Esas personas que no votan son las primeras en pedir que papá gobierno les dé todo en una posición miserable que espera siempre el asistencialismo del Estado. Son las que salen a criticar cuanta gestión se hace. Son las primeras en exigir sus derechos ciudadanos. Y usted mi querido abstencionista, ¿cumple con sus deberes ciudadanos? ¿está seguro de qué lo hace? Le sugiero que le pegue una repasadita a la Constitución Política de su país. La de Colombia dice:
ARTICULO 3. La soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público. El pueblo la ejerce en forma directa o por medio de sus representantes, en los términos que la Constitución establece.
ARTICULO 95. La calidad de colombiano enaltece a todos los miembros de la comunidad nacional. Todos están en el deber de engrandecerla y dignificarla. El ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en esta Constitución implica responsabilidades.
Toda persona está obligada a cumplir la Constitución y las leyes.
Son deberes de la persona y del ciudadano:
1. Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios;
2. Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las personas;
3. Respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente constituídas para mantener la independencia y la integridad nacionales.
4. Defender y difundir los derechos humanos como fundamento de la convivencia pacífica;
5. Participar en la vida política, cívica y comunitaria del país;
6. Propender al logro y mantenimiento de la paz;
7. Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de la justicia;
8. Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la conservación de un ambiente sano;
9. Contribuír al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado dentro de conceptos de justicia y equidad.
¿Entendemos ahora por qué leemos esos titulares en los periódicos?. La próxima vez que lea uno parecido, recuerde por quién diablos votó, grábese ese nombre en su cabeza y no vuelva a cometer el mismo error. Y si no votó, tiene dos opciones: salga y quéjese, que de nada sirve, o tome conciencia de su deber ciudadano y VOTE. Así sea en blanco pero VOTE.

martes, noviembre 08, 2005

El futuro de Colombia

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Atrabilioso.
Hay una frase muy trillada que dice: “el futuro del mundo está en los niños”. Además de trillada es cierta y obvia. Dentro de unas décadas la mayoría de los adultos actuales no existiremos… al menos en este planeta.
Me preocupa el hecho de la actitud de muchos niños y jóvenes de hoy: Pesimismo, falta de esperanzas y de sueños, negativismo y la conocida tonada de “vivamos el presente”.
Al hablar con varios jóvenes pude concluir que piensan que la causa, excusa y justificación de su actual estado y forma de vida es el pasado, ese que nosotros, los adultos, forjamos para ellos. Ellos recibieron el mundo así y no son culpables de nada: No se inventaron las guerras, ni el odio, ni el narcotráfico, ni la guerrilla, ni los paramilitares, ni la corrupción... así que nos son culpables de nada, ni nada les interesa, ni están haciendo nada por cambiar el rumbo de la historia.
Antes de seguir quiero dejar algo en claro: no todos los jóvenes y niños piensan así. No generalizo, simplemente me llama la atención el hecho de que un alto porcentaje de aquellos con quien hablé y tuve la oportunidad de observar, coincidan en sus ideas.
¿Para qué estudiar?, ¿Para qué votar?, ¿Para qué esforzarme?. Nadie nos escucha, lo que se haga o se deje de hacer no sirve para nada, este mundo es una m... Y cuanta razón tienen, este mundo está patas arriba. Pero hay un detalle que olvidan: no hay excusa alguna para comportarse de esa manera ni para desperdiciar su tiempo en la forma tan miserable como lo están haciendo. La vida es algo más que rumba y “goce”. Una cosa es salir de vez en cuando y otra pasársela pensando exclusivamente en la diversión.
Pasé por una reconocida universidad de Bogotá a las dos de la tarde de un día entre semana. ¡Cerca de ésta hay más bares y tabernas que en la Zona Rosa!. Todos los establecimientos estaban llenos de universitarios tomando cerveza: es que el “hueco” entre clases está tenaz y ando “desparchado”.
Desparchados van a quedar cuando salgan a conseguir trabajo y hagan un tremendo oso en la entrevista. Porque hay una realidad: en este mundo cada vez más competido, o se es buen profesional o se termina mal. Es que haciendo cuentas, el semestre universitario son realmente tres meses de estudio, lo que arroja un aterrador resultado: en dos años y medio, un estudiante debe aprender, en buena teoría, lo que le dará para el sustento toda su vida. ¿Realmente aprovechan ese tiempo? O ¿roban a sus padres miserablemente?.
Está bien, los estudiantes universitarios ya están grandecitos, son adultos y “saben” lo que hacen, pero ¿colegiales en el mismo plan?. Eso me recuerda a cierta adolescente a quien le pregunté qué pensaba de las causas de la caída del Imperio Romano y contestó: “no tenía idea de que ese hueco se había acabado”. Triste pero cierto. Y me contaron de una estudiante de último año de universidad que manifestó su pesar por la forma tan “atroz” como asesinaron a Pablo Escobar.
Cada uno es artífice de su propio futuro. La vida puede ser difícil y durísima, nadie niega eso. Pero qué tan difícil sea la vida, depende de nosotros mismos. Desperdiciar el tiempo es echar a la basura la oportunidad de mejorar como personas, como individuos, como sociedad.
El sistema de educación pide a gritos una reforma. Es necesario corregir las causas de la deserción escolar y universitaria, pero no con bonos de pago por estudio que han demostrado su rotundo fracaso. Es indispensable abrir camino a las nuevas generaciones, crear empleos, cambiar los métodos de enseñanza y dar oportunidades a todos.
Adultos, escuchemos a los jóvenes, tengamos en cuenta sus ideas y propuestas. Jóvenes, dediquen más horas a estudiar y a prepararse. Tienen todo el derecho a divertirse, pero ustedes tienen una responsabilidad más grande de lo que se imaginan: no repetir el error de las generaciones que los antecedieron. Ustedes ya vieron el resultado de décadas o siglos de errores. En sus manos está la solución. No esperen a que algún día sus hijos les digan: “es que el mundo ya estaba así cuando nacimos”, porque entonces recordarán, con remordimiento, la oportunidad perdida y el esfuerzo fallido.
Quejarnos no sirve de nada. La respuesta está en el estudio, en el trabajo y en el esfuerzo conjunto de todas las generaciones. Niños, jóvenes, adultos y ancianos. Todos somos responsables del futuro de Colombia y del mundo.
Sin querer sonar como viejito cansón (no soy ni lo uno ni lo otro), ni papá “inmamable”: si no cambian las cosas, el futuro, su futuro, no será nada prometedor. Al menos no será nada fácil.

martes, noviembre 01, 2005

¿Servicio al cliente?

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Sistema Atrabilioso.

Sin importar si se firma o no el Tratado de Libre Comercio, existe un elemento frecuentemente olvidado por nuestras empresas: el servicio al cliente. En pocas palabras, servicio al cliente es la satisfacción de las expectativas de éste. Si usted va a comprar un paquete de papas fritas espera que el producto que le entregan a cambio de su dinero sea lo que usted está adquiriendo. Ni más ni menos. Y en Colombia falta mucho para que la norma sea el enfoque al cliente. ¿Será cuestión de nuestra cultura masoquista?.
En enfoque al cliente, triste es decirlo, los países desarrollados nos llevan años de ventaja.
Usted va al supermercado y después de recorrer las estanterías escogiendo lo que necesita, se dirige a las cajas de pago. Se encuentra con una enorme fila en tres de las cajas mientras el resto, casi siempre más del doble de las que están operando, se encuentran cerradas. O peor, la persona que lo está atendiendo hace de todo menos eso: atenderlo: Habla con el empacador, hace visita con la cajera de al lado y atiende una llamada “urgente” que le entró a su celular (al de la cajera claro está). Al final usted sale con un genio de los mil demonios y jura no volver a ese supermercado. Del juramento no pasa, pues la semana siguiente está en la misma cola, con el mismo cajero y repitiendo la misma historia. ¿O es usted de los que vuelve a esa panadería en donde la gente tiene cara de tote, está amargada o ha sido testigo de una tremenda vaciada por parte del dueño a sus empleados?. No hay roscón lo suficientemente bueno que lo amerite.
Los monopolios en Colombia nos acostumbraron a aguantar desde malas caras hasta una pésima atención. ¿Alguien recuerda que hasta hace unos años obtener una línea telefónica en Bogotá era sinónimo de una larga espera? ¿Esperaría hoy en día 24 meses sabiendo que otra compañía le instala la línea en menos de 48 horas?. Es que la competencia (sana por supuesto), las exigencias de los usuarios y la implementación de un enfoque de servicio al cliente hacen la diferencia.
Cuando se adquiere un producto o servicio existe un acuerdo tácito (o expreso) muy simple: se entrega dinero a cambio de algo. Ese algo debe ser lo acordado. Así de simple. Si por alguna circunstancia lo que se supone se debió recibir no es lo correcto, usted no tiene por qué aceptarlo. El exigir es un derecho, pues a usted le exigen el pago oportuno del bien o servicio que adquiere ¿cierto?. Quejarse tiene varias ventajas: hace que las empresas sean cada vez más eficientes, que los productos sean cada vez mejores, estimula el crecimiento y el desarrollo de nuevos productos y servicios y por supuesto, usted recibe lo que compró.
No podemos pretender entrar a competir sin el enfoque adecuado de servicio. Una empresa puede tener el mejor producto pero si el servicio es malo tiene altas posibilidades de perder a sus clientes.
Volvamos al principio de este artículo: con o sin TLC, las empresas deben prepararse, capacitar a su personal, implementar una cultura de servicio al cliente y asegurarse de que las quejas son atendidas en forma amable y eficiente.
Aquellas empresas que no hagan lo anteriormente mencionado tienen sus días contados. Los clientes son cada vez más exigentes, más educados en la labor de compra, la competencia crece día a día y con certeza ésta no cometerá el error de dejar ir a sus clientes que son, finalmente, el alma de su negocio.
La próxima vez que el cajero le haga mala cara o lo atienda de mala manera, pida hablar con el gerente o supervisor. Si un producto le sale malo, pida que se lo cambien. Y no seamos masoquistas, no volvamos a los sitios que tienen mal servicio. Es nuestro dinero, hagámoslo valer.

martes, octubre 25, 2005

Y sigue la ineptitud...

Por José Fernando Bonilla Ballesteros, Editor General Sistema Atrabilioso.

NOTA DEL EDITOR: Sin querer parecer obsesivo con el tema de la ineficiencia de los servidores públicos, creo necesario seguir martillando sobre este asunto. En las últimas horas, mientras escribía esta nota, el secretario de Salud del Distrito Julian Eljaech presentó renuncia a su cargo.

Para ser funcionario público no basta un simple nombramiento, ni tener vocación, ni ser amigo del alcalde de turno o de quien lo nombra, ni obtener el número necesario de votos. Un funcionario público debe tener la preparación adecuada y suficiente para ejercer el cargo que ostenta.
Y no sólo tener la preparación, sino saber hacer uso de los conocimientos que posee. Es que cada vez que uno se entera de las decisiones de ciertos funcionarios dan ganas de agarrar teléfono, llamarlos y pegarles una vaciada de padre y señor nuestro.
La última perla de sabiduría fue aplicada al SISBEN en Bogotá. A mi me parece que el señor Secretario de Salud del Distrito y de ahí para abajo todos sus colaboradores o son muy ineptos o saben de cualquier cosa menos de administración pública (y mucho menos privada).
Pues resulta que es necesario actualizar la base de datos de los beneficiarios del SISBEN, cosa por demás natural, incorporando electrónicamente la huella digital del beneficiado. Los funcionarios distritales anunciaron que la actualización se realizaría en las instalaciones de Corferias. Hasta aquí todo parece bien, excepto por un pequeño detalle: los brillantes funcionarios no hicieron la citación con un orden lógico, lo que significaba que todos aquellos beneficiarios del SISBEN debían presentarse en el mencionado lugar cuando así lo quisieran. Es importante recordar que el número de afiliados a este sistema se acerca al millón y medio de bogotanos, quienes debían presentarse en el plazo de un mes.
Obviamente el caos fue total. Filas interminables, niños, mujeres embarazadas y ancianos haciendo cola por horas (en muchos casos más de 24), y esto bajo la inclemente lluvia, aguantando hambre, sed y sin siquiera tener acceso a un baño.
Y sale el señor subsecretario de Salud del Distrito diciendo que todo estaba bajo control, que las personas conocían el procedimiento, que no era necesario que fuera toda la familia, que ya casi atendían a todo el mundo. ¡Por Dios caballero! ¿usted cree que la población es idiota?. Afortunadamente llegaron los medios de comunicación. Y debo referirme a uno en especial: CityTv. Ellos encararon al mencionado funcionario, mostraron a la ciudadanía lo que estaba sucediendo y lograron (así lo nieguen las prestantes autoridades capitalinas), que la secretaría de Salud tomara las medidas que debió prever desde el principio: descentralizar las actualizaciones de datos haciéndolas en cada zona de la ciudad y adelantar dicha actualización el año entrante, después de una adecuada preparación y planeación.
¡Bien por CityTv, bien por su equipo de periodistas!
La población merece respeto señores funcionarios. El hecho de que sea gente de escasos recursos económicos no los hace menos merecedores de consideración, información adecuada y eficiencia por parte de los servidores públicos. Ustedes están ahí para cumplir con una función: cúmplanla y dejen de tratar a la ciudadanía como si fuera una partida de ignorantes.
Lástima que la muerte de un señor que estaba haciendo fila en Corferias fuera el detonante de esta situación. Es que parece que si no hay muertos no hay respuestas. Acá nadie dice que esta muerte fue culpa de la secretaría de Salud, pero lo que si es cierto es que sólo cuando ocurren estos hechos lamentables nos despertamos de la indolencia.
Y para los responsables de los pagos de las pensiones de jubilación: ¿les gustaría que sus padres y abuelos tuvieran que estar haciendo fila por horas para recibir un dinero al que tienen derecho? ¿no han oído hablar nunca de cuentas de ahorro y depósitos electrónicos?
No, se me olvidaba, ustedes son muy creativos y tienen todo perfectamente controlado.
¡Que horror!

martes, octubre 18, 2005

Juan Pablo Montoya en las calles de Colombia

Editor General Sistema Atrabilioso.
Si usted quiere “disfrutar” de una buen “espectáculo” de automovilismo no es necesario que empeñe el carro, venda el apartamento o salga de su colección de discos para poder pagar el viaje a Imola, Australia o Brasil: basta con que salga a cualquier calle, autopista o avenida de Colombia, se siente cómodamente (eso sí lo más alejado posible del tránsito vehicular) y a “gozar” de lo lindo.
Concéntrese en los vehículos de servicio público. Tan pronto vea uno no le quite la mirada y con certeza verá usted adelantamientos temerarios, altas velocidades, frenazos en mitad de la calle y competencias entre buses, busetas y colectivos que hacen las delicias de cualquier aficionado a los deportes de motor. Si además usted es amante de los cruces indebidos, de las vueltas en U en sitios prohibidos y del intercambio de palabras y gestos soeces, escoja un taxi y obsérvelo cuidadosamente: seguramente el espectáculo será ”extraordinario”.
Y todo esto sucede ante la mirada complaciente de las autoridades de tránsito. El transporte público en Colombia es causante de más accidentes que los vehículos particulares y los peatones imprudentes juntos. Por ejemplo, en el 2002, el ministerio de Transporte informó que se registraron más de 189 mil accidentes de tránsito de los cuales el 55.6% fueron ocasionados por vehículos de transporte público, el 39% por particulares y el 2.3% por vehículos oficiales.
Las razones para la accidentalidad en el transporte público pueden encontrarse en el manejo agresivo, temerario e irresponsable, pues muchos conductores no tienen la capacitación necesaria para ejercer esa importante función de servicio a la comunidad: Más que seres humanos parece que transportaran animales o carga. A lo anterior, se suma otro grave problema, pues el parque automotor del transporte público colombiano es muy viejo: en promedio los buses superan los 20 años de servicio
Las violaciones a las leyes de tránsito son el pan nuestro de cada día: contaminación auditiva, visual y del aire; exceso de velocidad, contravías, etc, etc. ¿dónde están las autoridades? ¿hasta cuándo tendremos que aguantar que los señores del transporte público impongan su ley en las calles y avenidas colombianas? ¿por qué hay presencia de la autoridad para poner comparendos a los vehículos particulares (lo cuál es correcto) y no a los vehículos de servicio público a pesar de que éstos cometen infracciones en forma tan frecuente?
El sector del servicio público es tan poderoso que en Bogotá por ejemplo, ha sido imposible que se cumplan las normas de chatarrización. Los vehículos de este servicio pasan las pruebas de gases a pesar de ser chimeneas ambulantes, algunos conductores no cumplen con los requisitos indispensables para serlo y se pasan por la faja cuanta ley de tránsito existe.
Ya es hora de que la ciudadanía en general proteste. No podemos seguir aguantando los abusos de conductores, empresas y políticos corruptos que desde posiciones de privilegio, protegen el negocio por encima del bien común. Nadie niega que el servicio público es un importante motor de la economía del país, pero eso no significa que tenga autorización para hacer lo que le venga en gana. Prudencia señores conductores. Ustedes también son miembros de una familia, ellos los necesitan y esperan cada día. Si son tan aficionados a la velocidad y disfrutan con la adrenalina que ésta produce, vayan a un autódromo: allá pueden desahogar esas ansias de correr. Y no sigan el ejemplo de Juan Pablo Montoya, que cree que está manejando su fórmula uno cuando se desplaza por las vías colombianas.

martes, octubre 11, 2005

El DANE dicta cursos de improvisación

Por José Fernando Bonilla Ballesteros
Editor General Sistema Atrabilioso

Millones de pesos invertidos. Más de 13 mil computadoras de mano. Cientos de encuestadores capacitados; todo esto después de la aplicación de un programa piloto que fue todo un éxito... sin embargo, el censo no pudo arrancar el día previsto: El señor director del DANE no fue capaz. Así de simple.
Claro, siempre hay una excusa. ¿Cuál será en este caso?
El censo debió empezar el sábado 8 de octubre. Miles de personas estaban inmovilizadas en sus casas esperando a los funcionarios del DANE, pues fueron notificados con anterioridad de que serían censados ese día.
En algunos sectores de Bogotá los encuestadores aparecieron en la tarde, mientras que en otros no se dignaron ni informar a la ciudadanía que estaban experimentando problemas técnicos. Es más: Ni los encuestadores sabían que pasaba. Vi a varios grupos de ellos paseando por la carrera 11 con Avenida de Chile, sin sabe qué hacer. Eso sí, ni más faltaba, ese día lo cobraron.
Entre tanto los supervisores no estaban autorizados para dar declaraciones o suministrar información alguna, como si la ciudadanía no se fuera a enterar posteriormente del descalabro.
Tuve la fortuna de hablar con una periodista radial que tampoco tenía idea de lo que estaba pasando. Y digo fortuna, porque ella fue capaz de comunicarse con el jefe de encuestadores del DANE y al menos pude enterarme de que la gente podía salir a la calle sin ser multada.
¿Por qué no se efectuó el censo con la metodología tradicional para la recolección de la información, es decir inmovilizando a todo el país por UN solo día?. Es que la terquedad de los funcionarios públicos no tiene límites. El director del DANE, Ernesto Rojas, demostró que cualquier cosa puede fallar y para él es más barato y eficiente efectuar el censo en tres meses que en un día. Según él, no importa que la gente no pueda acudir a su trabajo, tampoco es relevante que haya patronos que quieren obligar a sus trabajadores a que repongan el día no trabajado y mucho menos es motivo de consideración que la gente se quede encerrada esperando a alguien que no va a llegar.
No tuvo ni la decencia de avisar a tiempo de los problemas que se estaban presentando: Es que el funcionario Rojas cree que con regañar a la población soluciona todo.
Los encuestadores terminaron llenando formularios a mano, es decir, utilizando la misma fórmula probada con éxito en los anteriores censos y que ahora es vista como antigua y obsoleta. Uno de esos encuestadores, quien pidió que no se divulgara su nombre, confesó que su entrenamiento había durado una hora: Él empezó a trabajar el domingo 9, lo mismo que los demás miembros de su equipo.
En resumidas cuentas, el pobre joven estaba perdido, no sabía qué campos llenar ni cómo hacerlo y estaba más nervioso que novio ante el altar. No era su culpa.
Pero en Colombia la mentira prevalece. Estoy seguro de que se dirá que ese es un caso aislado, que las fallas son perfectamente explicables y que todos los funcionarios fueron adecuadamente capacitados. Alguien debe responder por esto, no por la falla, que puede suceder, sino por la improvisación, la falta de coordinación e información, los millones de pesos que se perdieron en salarios de los encuestadores dedicados al turismo por Bogotá y Bucaramanga, entre otras ciudades del país; la paralización injustificada de miles de ciudadanos que se quedaron con los crespos hechos y también por la inexplicable falla de una plataforma tecnológica de alto costo.
¿Responderán con su renuncia el funcionario Rojas y el Jefe de Sistemas del DANE? Sería apenas lo justo. Mínimo, los colombianos nos merecemos una explicación sensata y creíble.

martes, octubre 04, 2005

La basura: un buen negocio que Colombia tiene enterrado

Por Crítico

Un amigo me decía: “la plata está en la basura”. Es que son tantas cosas que se pueden hacer con los desechos de una ciudad, que el dinero que se entierra en los botaderos de basura es un verdadero desperdicio.
Desde hace varios lustros, los suecos descubrieron que un buen negocio es la basura. Aunque no es exportable, ni limpia, ni agradable, los suecos han desarrollado tecnologías para aprovechar al máximo los desperdicios domésticos y comerciales. El mejor argumento de venta de esas tecnologías es que Estocolmo, la capital de Suecia, produce diariamente cerca de 5 mil toneladas de basura las cuales, una vez procesadas, quedan reducidas a poco más de 6 toneladas para el relleno sanitario.
Es que prácticamente todo sirve: además de los elementos que se reciclan (vidrio, papel, cartón, latas y plásticos) los desechos son útiles en diferentes procesos. Hasta el papel de baño, con un tratamiento mínimo, es utilizable en abono.
Además, desde hace años, en Colombia los desperdicios orgánicos son útiles para la generación de energía: con un sistema llamado biodigestores, las cáscaras de frutas, las frutas descompuestas, sobras de comida, etc., son tratados con unas cantidades precisas de agua y, unas semanas después, esos biodigestores producen gas. Cuando el contenido ya ha sufrido un alto proceso de descomposición, los abonos obtenidos de alta calidad, son apreciados por la agroindustria en general. Esta experiencia la vienen adelantando con éxito en regiones pequeñas del Meta, Risaralda, Quindío y Caldas.
Entonces, ¿porqué en las grandes ciudades de Colombia seguimos enterrando el dinero en basureros? La situación que se está presentando en el relleno sanitario Doña Juana en Bogotá es crítica, pues el sitio tiene que absorber la basura de la mayoría de municipios de Cundinamarca, debido a una resolución de la Corporación Autónoma Regional CAR que clausuró los basureros en dichos municipios.
Hasta ayer, el botadero departamental era el de Mondoñedo, que decidieron cerrarlo para adecuarlo y, en cuatro meses (según el tiempo oficial que nunca se cumple) inaugurarán el relleno sanitario Nuevo Mondoñedo, cerca de la población de Bojacá, Cundinamarca.
Pero el caos se vivió hoy, cuando los camiones de basura llegaron a Mondoñedo y encontraron la puerta cerrada. Después recorrieron varios kilómetros hasta Doña Juana y ¡Oh sorpresa! No había acuerdo entre el Distrito y los municipios para utilizar el relleno sanitario capitalino. ¿Porqué no esperaron a tener listo el nuevo relleno sanitario de Cundinamarca para cerrar los botaderos municipales? Improvisación. Simple improvisación, típica del “precavido” gobernador Pablo Ardila.
Es que la basura hay que tomarla en serio, pues el relleno de Doña Juana está ubicado en terrenos muy productivos y tiene cerca de miles de personas que viven en el barrio El Mochuelo, quienes tienen que soportar los fétidos olores del basurero y también saben perfectamente que Doña Juana es una bomba de tiempo, pues muchos recuerdan que en 1995 ese mismo botadero explotó por acumulación de gases. Tanto es el malestar, que ya interpusieron una acción popular para obligar al cierre definitivo de Doña Juana. ¿Si logran cerrarlo, a dónde van a depositar las 6 mil toneladas de basura capitalina?Ya es hora de explotar adecuadamente esta fuente de empleos y de recursos. Es el momento de escuchar las propuestas suecas sobre el aprovechamiento de las basuras. Llegó la oportunidad para ver la experiencia argentina en el campo del reciclaje de pilas, industria que está funcionando muy bien y que incluso recibe toneladas de pilas de países cercanos. Ojalá, por lo menos con la basura, la corrupción no se entrometa porque es un buen negocio que, aunque huele mal, es rentable, responsable con el medio ambiente y genera empleo sobre todo en los estratos menos favorecidos de la sociedad.

martes, septiembre 20, 2005

El Factor X de la humillación

Por José Fernando Bonilla (Critico)

Dentro de los muchos formatos de realities que se han producido en Colombia, el más reciente y de mayor acogida entre el público es uno cuyo objetivo es descubrir nuevos talentos musicales. La idea es fantástica: gana el concursante, pues tiene la oportunidad de forjarse una carrera como cantante; gana el productor artístico y por supuesto también gana el canal de televisión que además de invertir en recursos para descubrir a las estrellas musicales del futuro, alimenta con sangre nueva la alicaída productora musical que es propiedad del mismo dueño del canal.
En diferentes ciudades del país, el canal viene haciendo audiciones a más de 45 mil candidatos, en su mayoría aficionados al canto. Unos cuantos son personas que tienen alguna experiencia en el campo musical. En las audiciones se está escogiendo un número determinado para que viajen a Bogotá a seguir concursando. Luego se identifican los finalistas en varias categorías y los ganadores son educados, asesorados y apadrinados por artistas profesionales para que eventualmente lleguen a ser cantantes profesionales y cumplan con sus sueños artísticos en la productora discográfica del canal.
Las audiciones son realizadas por un jurado compuesto por tres personas: dos cantantes de relativa fama y un productor musical. Ahí surge una pregunta: ¿cómo pueden tres personas hacer una selección adecuada si tienen que escuchar a 45 mil?. Pero asumamos que tienen la capacidad de ser objetivos al tener que oír esa inmensa cantidad de gente: ¿Será que la fatiga de tener solo un día para escuchar a todos los aspirantes no predispone al jurado al momento de tomar la decisión y emitir sus conceptos?.
Los aspirantes deben tratar de convencer al jurado de que tienen la capacidad, el talento y hasta las ganas de ser cantantes. Lo que no saben de antemano es que deben someterse a un calvario de burlas, mofas, risas y comentarios irónicos y degradantes por parte del jurado.
En este proceso se han escuchado frases como:
“Parece cantando en la sala de su casa”.
“Ese coro es realmente desastroso”.
“Usted no tiene voz para esto”.
“Hace falta más que actitud”.
“No me causó ninguna sensación”
“Me hizo distraer por lo aburrido”.
Estos son solo algunos de los juicios que tienen que soportar los concursantes. Otra veces, los participantes deben presenciar agrios debates entre los jurados, porque supuestamente son “autoridades” en el ritmo musical en el que trabajan y no permiten que el otro opine sobre la presentación del aspirante. Como si fuera poco, la única integrante femenina del jurado no tiene ningún problema en “devorar” con la mirada a los concursantes de género masculino que tienen alguna simpatía. ¿Es realmente necesaria esa humillación? Lo cierto es que cada noche en la televisión colombiana se ven decenas de carreras truncadas, jóvenes con sueños que padecen la decepción de un juicio sumario y, por supuesto, lágrimas de rabia y frustración.
Es cierto que todo artista debe pasar por muchas situaciones incómodas antes de triunfar (si es que alguna vez lo logra). Muchos rechazos, muchos no, muchos comentarios negativos; pero una cosa es una audición privada y otra muy distinta una humillación pública en un programa que tiene un rating de 35 puntos.
Hay maneras de decir las cosas: una crítica constructiva es siempre bienvenida. De igual forma, los consejos son necesarios. Pero jugar con la dignidad de alguien que trata de surgir en una profesión no es la mejor forma de ganar audiencia.
Los ilustres miembros del jurado de Factor X del canal RCN y de la productora RCN Music (antigua Sonolux) deberían recordar las penurias por las que pasaron antes de ser famosos. ¿O será que Juan Carlos Coronell, Marbele y Jose Gaviria tuvieron que sufrir miles de humillaciones y están ejerciendo un acto de venganza con la vida?
Sería fabuloso que dentro de poco tiempo algunas de las personas humilladas y rechazadas alcanzaran la fama, como lo hizo un grupo al que los más ilustres productores musicales de su época rechazaron por falta de talento. Todavía (si es que aún viven) deben recordar con remordimiento el día que dijeron que The Beatles jamás sería un grupo musical famoso y exitoso.
American Idol
Contribución de Ricardo Sánchez
En una de las ediciones del programa American Idol se presentó a concursar un muchacho chino con una apariencia bastante peculiar por su manera de vestir y con muy poco talento para cantar. Resulta que el señor Simon Cowell, uno de los jueces del programa y famoso por sus comentarios rudos, se burló del muchacho (pueden ver el video aqui) y aún así terminó siendo una súper estrella. Es que el tipo es tan malo para cantar y bailar, que resulta súper divertido. Con decirles que terminó firmando más contratos que los propios concursantes que sí ganaron en el programa.

martes, septiembre 13, 2005

Responsabilidad humana

Por José Fernando Bonilla - Crítico

El informe de Desarrollo Humano 2005 muestra resultados realmente sorprendentes. Además de contener una importante recopilación de información acerca de la situación en la que está la humanidad, este documento de 418 páginas confirma algo que muchos pensadores, escritores y filósofos han manifestado a través de los siglos: el ser humano es totalmente irresponsable con su especie.
Llama la atención por ejemplo, que en Noruega, el país con el índice de desarrollo humano más alto, el 10% más rico de la población tiene una participación en el ingreso y el consumo del 23,4%, en tanto que en Níger ese porcentaje es del 35,4%. Esto significa que mientras en Noruega una amplia mayoría de la población tiene acceso al ingreso y por ende al consumo, en Níger tanto lo uno como lo otro están concentrados en un reducido porcentaje de la población. Pero es peor si analizamos el coeficiente de GINI: 25,8 para Noruega y 50,5 paraq Níger. (En este coeficiene se mide el grado de igualdad entre los ciudadanos, 0 es igualdad perfecta y 100 es desigualdad perfecta). En cuanto a Colombia, el informe la ubica dentro de los países con desarrollo humano medio, en la poco honrosa posición 69, y un coeficiente GINI de 57,6. La brecha entre ricos y pobres es asombrosamente alta. Insisto, que los ricos tengan mucho dinero no es el problema, la cosa es que los pobres viven (sobreviven) con unos ingresos paupérrimos.
Así mismo, el informe menciona que el mundo ha mejorado en ciertos aspectos, pero no lo suficiente para cantar victoria. Claro, ¡siempre queda espacio para mejorar!. Pero lo realmente preocupante es que los países ricos son cada vez más ricos y los pobres se sumergen cada día más en la miseria. No es que sea malo que los más ricos crezcan: Por el contrario, lo terrible es que los pobres NO muestran señales de mejoría, pues lo ideal sería que el crecimiento fuera generalizado.
Otro punto interesante es que en el informe se encuentran características comunes entre los países que ocupan los primeros lugares de esa clasificación: democracia verdadera, apertura de mercado, bajos índices de corrupción y libertad de empresa. Si a ellos las cosas les funcionan, y bien, ¿por qué no los imitamos?
Pero bueno, el sentido de este escrito no era mostrar estadísticas sino lanzar una teoría que denominaré la “teoría de la responsabilidad humana”: “Si los humanos fueran responsables con su especie, no existiría pobreza en el planeta”. ¿Alguien se ha puesto a pensar que en Estados Unidos lanzan campañas para controlar y reducir la obesidad mientras que en el África Subsahariana mueren cientos de personas al día debido a la inanición? ¿A alguien le importa que con lo que se invierte en un misil balístico intercontinental comerían miles de niños?. Los ejemplos son infinitos.
Claro no faltará el que diga que cada país es responsable y dueño de su propio destino y que no tiene porqué importarle lo que le ocurra a los demás. Tampoco faltará aquél que diga que la teoría es facilista, simple o que es de mero sentido común. Lamentablemente el ser humano olvidó que el vecino es un congénere, que a veces necesita ayuda y que si podemos, estamos en la obligación de brindarla.
Mientras no haya un cambio de conciencia y no se tengan objetivos de desarrollo que incluyan a todas las naciones del mundo, seguiremos recibiendo reportes llenos de cifras negativas.
A mi no importa que Colombia ocupe la posición 69, la segunda o la 170, siempre y cuando no haya miseria, pobreza, desigualdad y sufrimiento. Todos queremos un país libre, en paz y con oportunidades para cada individuo. Lo que más me duele es que teniendo los recursos y el deseo de superación, no podamos hacerlo. Lo único cierto es que una actitud negativa y de crítica destructiva permanente no ayuda para nada, excepto tal vez para mantenernos en el número 69, o peor, bajar al 170.

miércoles, septiembre 07, 2005

¿Cómo lograr un crecimiento del 4% anual?: Economía 101

Por Crítico.
Los más insignes economistas y expertos en finanzas del país han llegado a una conclusión: si la economía no crece a un ritmo superior al 4% anual, nunca saldremos de la olla. Yo estoy de acuerdo con esa conclusión; el problema es que la he escuchado por más de tres décadas. O sea, todos sabemos lo que tenemos que hacer, pero no cómo hacerlo. Al menos no ha nacido el primer genio en Colombia que nos lo diga, y que además lo que diga funcione.
Repasemos algunos conceptos básicos de economía:

Producto Interno Bruto (PIB): el valor de la producción de bienes y servicios de un país.
Producción: lo que se fabrica, produce, procesa, transforma y elabora; en el caso de servicios lo que se crea.
Ventas: intercambio de bienes y servicios por otros bienes y servicios.
Exportación: ventas que un país efectúa a otro país.
Ingreso per Cápita: Total del PIB dividido entre el total de almas del país.
Consumo: adquisición, compra, uso, de bienes y servicios.

El crecimiento económico de una nación depende del incremento del Producto Interno Bruto y éste está ligado al aumento de la producción, la cual está directamente relacionada con el consumo de los bienes y servicios producidos. Nada hacen las empresas si no venden lo que producen. Y es una realidad que los consumidores colombianos no son exactamente potentados que pueden darse el lujo de comprar lo que se les antoja.
El ingreso promedio de los colombianos no se puede aumentar mediante un simple decreto. El consumo local tampoco. Queda una alternativa: vender a otros países, lo que necesariamente aumenta la producción y por ende permite el crecimiento del PIB. Léase, exportar. Chile, Nueva Zelanda e Irlanda, por mencionar algunos casos, son ejemplo claro de altos índices de crecimiento gracias al incremento de sus exportaciones. Pero hay un componente adicional: estos países no se concentran en bienes y servicios fácilmente imitables, sino que apostaron por la especialización y el valor agregado. Y les funcionó.
El Estado debe crear un ambiente propicio para las exportaciones, reducir trámites, facilitar el flujo de divisas (obvio, sin descuidar las leyes que evitan el lavado de dinero), modernizar puertos marítimos y aéreos, mejorar la infraestructura vial, aumentar el número de oficinas comerciales que deben ser manejadas por funcionarios idóneos y lograr mayor inversión extranjera. Además, es necesario facilitar el desplazamiento de los colombianos por el mundo.
Por su parte, los empresarios deben ser más creativos, ofrecer nuevos productos y servicios, modernizar sus empresas y prepararse para una lucha a brazo partido con la competencia internacional. Hay mucho por hacer, ¿lo estamos haciendo o esperaremos como siempre hasta el último momento? ¿vamos a seguir criticando y quejándonos o mejor nos ponemos a trabajar? ¿seguiremos copiando o vamos a innovar, a crear alternativas?.
Y hablando de inversión extranjera, no olvidemos que la falta de seguridad en Colombia ha sido un factor determinante de los bajos niveles de flujo de dinero hacia el país. Y todos sabemos de dónde viene esa inseguridad. Lo fregado es que mientras no haya seguridad, no hay inversión y seguiremos con esos paupérrimos crecimientos de máximo 4%, y eso si nos va bien. A mi me huele que el Presidente Uribe fue aplicado en sus clases de economía y le apostó a una sencilla fórmula:

Seguridad=Inversión=Crecimiento=Reducción de Pobreza. No hay de otra.

Finalmente, cuando conjugué verbos en tercera persona, debí hacerlo en primera. Todos somos dueños de esta empresa llamada Colombia.

martes, agosto 30, 2005

La pasión de Colombia

Siempre he sostenido que un Estado debe manejarse como una empresa. Recalco: El Estado, con sus tres elementos básicos: población, territorio y poder político, éste último definido y controlado a través del sistema de gobierno escogido por la población. Es necesario diferenciar al Estado del gobierno. No son lo mismo a pesar de que muchas veces caemos en el error de tratar los términos de manera indistinta. También olvidamos que nosotros, la población, uno de los componentes del Estado, somos los responsables directos del manejo del mismo. ¿Acaso no somos los dueños?
Como toda empresa, un Estado debe tener una meta, unos objetivos, una visión y una misión, que en resumen conforman el mapa estratégico del Estado. Y ese documento existe en Colombia: “Visión Colombia II centenario: 2019”, un documento que ayuda a entender la ruta que el gobierno ha trazado para el país. Ojalá lo leyeran todos los colombianos. Es más, el Estado debería divulgarlo en forma masiva. Que conste, dije el Estado.
Uno de los mecanismos que utiliza cualquier empresa para su posicionamiento es el logo. El lanzamiento de un logosímbolo es de los asuntos más complejos en el mundo de la publicidad. No existe el primer logo que sea aceptado por unanimidad y siempre surgen los cuestionamientos y los que detectan simbolismos diferentes a los que pretendían sus autores.
Básicamente en la actualidad un logosímbolo busca expresar gráficamente una serie de conceptos, valores e ideas sobre una marca o empresa, comunicando elementos positivos.
Hace pocos días fue lanzado el logosímbolo de nuestro país: con el eslogan de Colombia es pasión, la estrategia intenta difundir elementos de comunicación positiva de los valores que se destacan en la nación.
En la presentación, el director de Proexport, Luis Guillermo Plata, aseguró que “esta campaña busca consolidar nuestra imagen de país apasionado por todo lo que hacemos, para sorprender al mundo entero y así atraer inversionistas, turistas y mejorar la acogida de nuestros productos de exportación”.
La campaña, cuyo costo es de 10 mil millones de pesos, financiados en casi su totalidad por el sector privado, busca tener un manejo empresarial de Colombia, como una marca para ser vendida en el exterior. Además, según el director de Proexport, después de varias sesiones de grupo y de entrevistas a profundidad realizadas en Colombia y en Estados Unidos se concluyó que la condición que constituye el denominador común en los colombianos es la pasión.
La estrategia Marca País ya ha sido utilizada en Argentina, Costa Rica, Irlanda, Australia y Nueva Zelanda; que han incorporado dicha estrategia para cambiar la percepción de sus países y ponerlos de moda.
Es posible que muchos colombianos no sintamos identidad ni con el logosímbolo ni con el eslogan. Pero es un avance: tener la intención de fortalecer a Colombia como empresa es un logro importante, pues si algo necesita el país es esa visión empresarial que busque conquistar nuevos mercados, seducir la fidelidad de sus compradores y neutralizar, por lo pronto, la imagen negativa que se tiene de Colombia en el exterior.
En síntesis: lo importante no es que nos guste o no la “imagen corporativa” de Colombia, pues hemos trabajado en muchas empresas cuyos símbolos son sencillamente detestables: pero igual, le hemos entregado a esas empresas mucho de nuestras vidas y de nuestros talentos.
Y me alegra sobremanera que haya gente en Colombia que está viendo al país como lo que es: una gran empresa que tiene mucho por hacer para alcanzar sus metas, con recursos limitados, cierto, pero con uno que tenemos los colombianos: pasión. Así sea para criticar, pero hasta eso se hace apasionadamente en esta nación.

martes, agosto 23, 2005

¿Voto en Blanco?

Germán Vargas Lleras lanzó hace pocos días la propuesta de votar en blanco en caso de no ser ratificada la reforma que permite la reelección. "Sería la manifestación del voto de opinión colombiano", aseguró el Senador. También he escuchado a muchos decir que votarán en blanco, porque es preferible eso a no votar. Pero (siempre hay un pero) la Constitución Política de Colombia en su artículo 258, parágrafo 1 estipula que:
“Deberá repetirse por una sola vez la votación para elegir miembros de una corporación pública, gobernador, alcalde o la primera vuelta en las elecciones presidenciales, cuando los votos en blanco constituyan mayoría absoluta en relación con los votos válidos. Tratándose de elecciones unipersonales no podrán presentarse los mismos candidatos, mientras que en las de corporaciones públicas no se podrán presentar a las nuevas elecciones las listas que no hayan alcanzado el umbral.”
Quiero recalcar lo siguiente: “Por una sola vez”. Supongamos que usted vota en blanco para evitar que tal o cual candidato (o una de las listas a una corporación pública) resulte electo. Usted lograría el objetivo de evitar que el o los candidatos repudiados asuman el cargo. ¿Qué pasa al repetirse la elección? ¿Usted cree que las maquinarias políticas tradicionales no tienen su as bajo la manga, es decir, su reemplazo? Tal vez no, pero muy seguramente tienen cuidadosamente diseñado un plan de contingencia.
No hay candidato perfecto, pero con certeza hay alguno que se acerca a llenar sus expectativas. Los candidatos y las listas se conocen con la suficiente antelación como para permitir un análisis adecuado de todos y cada uno de los aspirantes a un cargo público. Se trata de hacer el ejercicio hasta encontrar lo que nos satisfaga. ¿Y si no se encuentra el candidato adecuado? Me cuesta creer que no haya ningún candidato que consideremos idóneo, pero en ese caso siempre queda la alternativa de proponer a alguien en quien confiemos.
Y a esto quería llegar: La democracia debe ser participativa. No sólo se ejerce la democracia a través del voto, sino también proponiendo candidatos, discutiendo con vecinos y amigos, documentándose y analizando las hojas de vida de los aspirantes a puestos de gobierno y corporaciones. No esperemos hasta el último día para decidir por quién votaremos.
Lo que no se vale es no votar. Es un desperdicio del sagrado derecho de decidir quiénes regirán el destino del país, del departamento, del municipio o de la junta de acción comunal durante el siguiente período. Finalmente, recordemos que los funcionarios públicos manejan una parte de SU dinero. ¿Le daría esa responsabilidad a alguien que no conoce?, o peor aún ¿no le importa quién lo haga?.

martes, agosto 16, 2005

De todo como en botica

Por: Crítico

Sin querer ser cansón con el temita de los nombramientos “estratégicos” de los embajadores por parte del Presidente Uribe, a mi me suena que alguien se equivocó. Se equivocó al pensar que D’Artagnan aceptaría sí o sí. Se equivocó al anunciar el nombramiento como un hecho consumado. Y se equivocó al subestimar al columnista en mención. Un opositor tan acérrimo a la reelección no iba a perderse el desenlace del tema y mucho menos la oportunidad de seguir dando “palo” con sus escritos.

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¿Veremos el día en que los políticos dejen de ver al común de los ciudadanos como estúpidos? Hay que ser cínico para decir lo que dijo José Obdulio Gaviria respecto a su salida del gobierno: “Estoy preparando mi salida desde hace mucho tiempo. Ni es la causa ni es la aceleración.” (eso lo dijo refiriéndose al tema ETB). Es obvio que ni el intercambio de correos electrónicos sobre los pésimos indicadores de la ETB frente a los de EPM y Telecom, ni el tratar de convencer al mundo de que en Colombia no hay conflicto armado, ni otras pequeñas embarraditas tuvo nada que ver con el abandono del cargo a partir del primero de octubre. El señor sale del gobierno porque va a fundar un periódico de circulación gratuita. Como no moñito. Sigan así que los colombianos somos pendejos.

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Crece la baraja de presidenciables en Colombia. De forma directa o indirecta los siguientes personajes han manifestado su deseo o intención de lanzarse a la candidatura por la presidencia del país (nota: la lista no es definitiva. Atrabilioso hará más adelante un análisis profundo acerca del tema): Rodrigo Rivera, Andrés González, Cecilia López, Rafael Pardo, Piedad Córdoba, Horacio Serpa, Nohemí Sanín, Enrique Peñalosa, Antanas Mockus, Antonio Navarro, Germán Vargas, Carlos Gaviria Díaz. Y por supuesto Alvaro Uribe. Queda pendiente César Gaviria Trujillo.
Hora de empezar a pensar por quién meter el dedo (si aprueban el retorno a las mesas de votación de la tinta indeleble) o a qué fotografía ponerle la X.

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Atrabilioso empieza su campaña por la democracia: VOTE. No importa por quién, pero VOTE, ejerza su derecho, cumpla con su deber.

martes, agosto 09, 2005

Pseudoperiodistas

Por: Crítico, orgullosamente “pseudoperiodista”

Algunos consideramos un gran placer el dedicar una parte del domingo a la lectura, a leer lo que sea: Periódicos, revistas, libros, recetas de cocina, y claro, a leer Blogs. (¿O quizá debería llamarlos Bitácoras de la Red o Bireds?).
Después de disfrutar del placer mencionado y cuando empecé a escribir esto, varios temas pasaron por mi mente: el nombramiento de Andrés Pastrana como Embajador en Washington; los comentarios de Caballero, Coronell, Abad y otras yerbas acerca de ese hecho; Salud Hernández y su familia de cargapapas; el regreso del Discovery a la tierra (ojalá aterrice sin novedad); el último informe de Human Rights Watch y el artículo de Juan Manuel Santos acerca de los Blogs. (Insisto, ¿de los Bireds?). Al final escogí el último. A Santos y su discreto insulto.
No podía quedarse en comentar acerca del tema y analizar lo que dijo Richard Posner acerca del fenómeno de los Blogs. No: Santos tenía que agregar algo de su propia inspiración, en forma disimulada, entre paréntesis, como quien no quiere la cosa. Dice don Juan Manuel : “(los seudoperiodistas espontáneos de Internet)”, definiendo de esta manera a los Blogs. Por ahí empezó la embarrada. ¿Quienes son los “seudoperiodistas”?, ¿los Blogs o los autores de los Blogs (Bireds)?. Pero dejemos a un lado ese errorcito.
El ilustre caballero en mención no pudo usar un término menos despectivo: periodistas aficionados, periodistas en potencia, periodistas novatos, escritores de fin de semana, no sé, algo que no tuviera una connotación ofensiva. Seudoperiodista significa falso periodista. Está bien, acepto que muchos de los que escribimos en los Bireds no tenemos una formación profesional que nos otorgue el título de periodista o al menos el de comunicador social, pero eso no nos convierte en falsos.
¿Qué es periodismo?, ¿acaso no es el tratamiento de la información en cualquiera de sus formas y variedades? El hecho de no pertenecer a un medio de información grande, organizado y oligopólico no significa que cualquier persona no pueda manejar, comentar, analizar, desmenuzar y juzgar la información y escribir lo que opina acerca de ésta o de cualquier otro tema. De igual forma, El Tiempo, seguramente el medio tradicional que él intentó defender, ha sido el abanderado de contar en sus filas con periodistas sin título ni estudio para enfrentar el oficio: Juan Manuel Galán, el editor político e hijo de Luis Carlos Galán estudió Ciencias Políticas. Edgar Torres, por muchos años editor judicial y ahora director del periódico Hoy (de la misma casa) estudió algunos semestres de Comunicación Social pero tardó años en obtener el título: dos ejemplos de periodistas graduados como tal por El Tiempo y cuyo mérito en el oficio consiste en trabajar para el periódico, lo que parece ser el requisito más importante para diferenciarse entre periodista y pseudoperiodista.
Pero en algo si estoy de acuerdo con el señor Santos: “la más peligrosa amenaza para el periodismo tradicionales el blog” (asumo que el “tradicionales” es un error tipográfico y que lo correcto es “la más peligrosa amenaza para el periodismo tradicional es el blog”. Ya ven hasta los periodistas de “verdad” se equivocan.
MERGERS & ACQUISITIONS
Las fusiones empresariales están de moda. la más reciente entre Bavaria y SABMiller nos demuestra que cualquier fusión, compra o adquisición es posible. ¿Pero una fusión en el universo de la blogosfera?
Si. Atrabilioso, un Blog fuerte, leído y de excelente contenido, hizo una oferta amigable a otro Blog, pequeño, joven y no muy visitado. La decisión no fue muy difícil de tomar para el autor del Blog receptor de la oferta. Los objetivos, la razón de existir de ambos Blogs es la misma: el deseo de trabajar por una Colombia mejor, de analizar de manera franca y directa,lo que sucede en nuestro país y en el mundo.
El decálogo de Atrabilioso fue la herramienta de negociación, la base para la preparación del contrato de fusión. Para mí será un honor escribir en Atrabilioso. Más que un simple Blog, éste es un foro de debate, de intercambio de ideas, de discusión de conceptos y un espacio para aportar pensamientos que nos enriquecen a todos. Vienen grandes cosas para Atrabilioso. Hoy muere Crítico de Colombia como Blog, pero el autor seguirá escribiendo aquí. Gracias a los que me leyeron en ese espacio y a los que me seguirán leyendo ahora, en mi nueva casa.