lunes, diciembre 19, 2005

Caminando por Bogotá

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Sistema Atrabilioso.

La oposición siempre encuentra argumentos para desacreditar la gestión de los gobernantes de turno. Soy un ferviente creyente en la necesidad de la existencia de una oposición activa, constructiva y veedora de la gestión del gobierno. No creo en la destructiva, en la crítica sin fundamento. No creo en los que critican por criticar, sin argumentos, sin posiciones definidas y sobre todo, manipulando la información.
Uno de los temas más sensibles y que preocupan a la ciudadanía es la seguridad. Y me refiero a la seguridad del día a día. Esa seguridad que es necesaria en cualquier lugar del mundo para ser capaz de desempeñar las funciones propias de cada individuo. Escuché muchas cosas al respecto. Amigos que venían de visita a esta ciudad y contaban historias tenebrosas acerca de lo que podía pasarle a cualquiera que se arriesgara a salir a caminar especialmente en la noche.
Así que en las últimas semanas y cada vez que el tiempo me lo permite, salgo a eso: a caminar. Y lo que me he encontrado es algo que se encuentra en todas las ciudades del mundo: gente haciendo lo que tiene que hacer. Multitudes de personas que van al trabajo, a los centros educativos, a una cita de negocios o simplemente estaban haciendo lo mismo que hice yo, es decir, recorrer la ciudad.
El 15 de diciembre pasado, tuve la oportunidad de ver a Bogotá en plena actividad. Ese día, para ser más exactos la noche del 15, se realizó La ciclovía nocturna. Una costumbre que según me contaron fue instaurada hace unos años y que permite a miles de personas disfrutar de una caminata nocturna en compañía de sus familiares y amigos. Yo ví gente gozando de lo lindo. Muy seguramente hubo problemas. Pero fueron hechos aislados. Vi tolerancia, vi armonía, vi paz, vi esperanza, vi orden, vi niños con sonrisas en sus rostros.
Queda mucho por hacer. Todo es susceptible de mejorar. Falta más presencia de la fuerza pública, control a la venta indiscriminada de licor, mejora en la demarcación e información. Pero creo que en el tema de seguridad, la capital de Colombia va por buen camino. Es el resultado de muchos años de educación, de campañas cívicas, de gobiernos que se han empeñado en llevar a este país por la senda correcta. No podemos bajar la guardia. No podemos echar hacia atrás.
Pero me gustaría que eso que ví se extendiera a todos y cada uno de los rincones del país. Que se pueda salir a caminar sin temor en cualquier vereda, pueblo o caserío. Que la paz sea la regla y no la excepción. Que no se necesite de dispositivos de seguridad especiales y de una planeación exhaustiva para poder salir a pasear en la noche.
No olvidemos que la paz empieza por uno mismo. La tolerancia es la base para lograrla: El respeto a las ideas de los demás, a las creencias, costumbres y manera de pensar. La diversidad es lo que realmente forma a un país, lo hace dinámico, creativo y pujante. Usemos esa diversidad como herramienta de construcción, no como arma de destrucción.

lunes, diciembre 12, 2005

Terroristas Cibernéticos

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Sistema Atrabilioso.

Todas aquellas personas que escriben en un blog, un foro, una página de Internet o cualquier otro medio electrónico, en algún momento se verán frente a una situación que puede ser desagradable: la amenaza. En general ésta no pasa de ser una simple broma o un comentario escrito en medio de la rabia, la envidia o la euforia que producen el alcohol o las drogas. Se escribe de manera irresponsable sin tener en cuenta las consecuencias de la bromita y de lo que se dice.
Pero a veces la cosa se pasa de la raya. Escudados en el anonimato, algunas personas se dedican a lanzar amenazas frecuentes. La víctima empieza no prestando atención, pero la continuidad de las mismas hace que hasta el mismo Job pierda la paciencia y entonces quien las recibe responde de una manera agresiva. El intercambio de insultos termina cuando uno de los dos se cansa de tanta pendejada.
Hay algunos agresores que pueden ser considerados “decentes”. Son aquellos que siempre firman con el mismo pseudónimo y muchas veces dejan el “link” de su propio sitio en Internet. Es decir, es posible desahogarse o empezar una batalla campal con ellos en su propio territorio. Ponen la cara, se mantienen en su posición, y hasta publican su foto y nombre propio. No, ellos no pueden ser llamados ciberterroristas. Malgeniados, groseros y agresivos, tal vez, pero ni cobardes ni terroristas. Dicen lo que piensan y hasta insultan, pero no se esconden.
Los otros, los que se aprovechan del anonimato que brinda Internet son los verdaderos terroristas del ciberespacio. Esos son seres despreciables, cobardes, marrulleros, tramposos, solapados, miedosos y acomplejados. Incapaces de debatir en forma abierta porque no tienen argumentos fuera de la descalificación, el insulto y la amenza. Siempre me he preguntado si serían capaces de decir lo mismo teniendo a la víctima al frente. Lo dudo, mejor aún, estoy seguro de que no.
Pero además de todo son brutos. El anonimato perfecto no existe en Internet. Ése es tan sólo un mito moderno. Una persona con medianos conocimientos de informática puede identificar con facilidad la dirección IP del autor de un mensaje. Y ni se diga si ésta es experta. Teniendo el nombre del proveedor de servicios de Internet es suficiente para llegar al autor de la amenaza. ¿Información reservada?, nada que una orden judicial no pueda resolver. ¿Está detrás de un servidor Proxy?, no esté tan seguro de su inmunidad, su huella electrónica queda en alguna parte.
Lo que pasa es que la mayoría de las veces las amenazas son bromas que no causan más que risa y tal vez algo de malestar. A algunos no les importa, la dejan pasar y no prestan atención, eso depende del carácter de cada cual. Pero cuando la cosa se pone seria, siempre existe un recurso para identificar de dónde procede el desagradable mensaje.
Si usted duda de los efectos que puede traer el amenazar a alguien vía Internet en su país, le sugiero que consulte con un abogado , se sorprenderá de lo que le puede pasar. Mínimo, un mal rato en la Fiscalía. En Estados Unidos por ejemplo, le clavan 5 años de cárcel y una multa de 250.000 dólares (Federal statute 18 U.S.C. 875(c)).Así que la próxima vez que se le ocurra amenazar, insultar o calumniar a alguien via Internet, piénselo. A lo mejor no pasa nada, pero nunca se sabe, la víctima puede molestarse de verdad y actuar acorde.

viernes, diciembre 09, 2005

Herederos de Morgan y Drake, Cia Ltda.

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Sistema Atrabilioso.

Lo que hace un radio. No la radio, me refiero a un “transistor”. Cuando viajaba hacia Colombia me di cuenta de algo: ¡la madre!, se me quedó el radio. Uno de esos de varias bandas, AM, FM y onda corta. Mi compañero de insomnios. Me fregué. Así que tomé nota mental de que necesitaba comprar otro. Un par de semanas después, en un pueblo remoto de este país, entré a una ferretería y miscelánea y vi un radio. Por 14.000 pesos pude adquirir un aparato que me permite escuchar emisiones en todas las bandas del espectro electromagnético. Pero algo me quedó sonando: el precio. Seguro que estaba engañando al dueño del establecimiento, así que le pregunté cómo era posible que por esa suma él fuera capaz de venderme el transistor y todavía obtener alguna ganancia. La respuesta me dejó frío: “y eso que usted no me regatió, se lo hubiera dejado en 12 pero como sumercé ni chistó….”
Me dí a la tarea de averiguar acerca de la piratería y el contrabando, únicas formas de poder vender artículos a precios tan bajos. Todavía no salgo de mi asombro. ¿Quiere comprar una batería para su celular?, por 5 mil pesitos se consigue en el “agáchese y recoja”, es decir, en los puestos de vendedores ambulantes de cualquier ciudad de Colombia. Se consigue de todo: sombrillas, radios, pijamas, sacos, discos, películas, juguetes, juegos y programas de computador. Lo que usted se imagine.
En palabras simples, la piratería es la elaboración y comercialización de copias de un artículo cualquiera sin pagar derechos de autor o de marca. El contrabando es la introducción a un país de mercancías sin pagar los impuestos de importación correspondientes. Mezcle usted piratería y contrabando y puede vender muy barato y ganar mucho dinero. Un disco compacto (CD, para los que gustan de los extranjerismos) pirata se consigue en China por menos de un dólar, súmele transporte y otros gastos y se puede poner en Colombia a un costo de dos dólares. Eso si quiere contrabandear, pero si lo que quiere es ganar más dinero, simplemente compre una copia “original”, y “queme” cuantas copias “no originales” quiera. La última película de El Zorro, todavía en cartelera, cuesta 8 mil pesos (Oír a Catherine Zeta Jones hablando en mandarín es para morirse de la risa). Las del aprendiz de mago están baratas, compre la segunda, la tercera y la cuarta y le enciman la primera. ¡Lo curioso es que todavía no ha salido al mercado la versión original del cuarto episodio!. ¿Cómo es posible?, una de dos: o alguien se mete al cine con una cámara de video y graba toda la película (obviamente con aplausos, ruidos de fondo y cabezas de espectadores) o algún vivo entrega una copia original para que sea pirateada, y eso sólo puede hacerlo alguien que trabaje en la productora. La Pelota de Letras, de Andrés López hizo las delicias de la comunidad colombiana en Costa Rica. Yo conseguí una copia por el costo del disco virgen, algún amigo me la quemó de otra copia que le habían llevado de Medellín. Me declaro culpable.
El contrabando y la piratería tienen implicaciones económicas, legales y hasta morales. Un compositor, músico, escritor, artista, diseñador gráfico, lo que sea, invierte tiempo, dinero y esfuerzo para crear algo. El productor a su vez pone los recursos para comercializar ese algo. Todo para que un vivazo le saque provecho al trabajo de los demás usando tan sólo un computador, un scanner o una fotocopiadora para producir una copia pirata. Podemos inventarnos todo tipo de excusas para comprar contrabando y cosas piratas: que no hay plata, que el original es carísimo, que para qué pagar impuestos si esa platica se la roban los políticos, que así ayudamos a los desempleados, que los dueños de la marca, patente o derechos de autor ganan millones, o que yo sólo quiero una de las canciones del disco y mejor la bajo de Internet. Lo único cierto es que tanto el contrabando como la piratería son actividades ilegales. Es una industria multimillonaria en Latinoamérica, detrás de ésta hay gente que gana millones de dólares, y no es exactamente la misma que le vende a usted el Whisky baratico.
Lo que hace un radio. Pero el original está en buenas manos, algún día lo recuperaré. Por ahora, sigo con mi genérico de 14.000 pesitos. Eso sí, me dieron factura.

viernes, diciembre 02, 2005

La soberbia de los burócratas, empleados públicos y dirigentes

Por José Fernando Bonilla Ballesteros. Editor General Sistema Atrabilioso.
Cuando uno lee el periódico, ve las noticias o repasa una revista y se encuentra con una noticia relacionada con alguna embarrada de un funcionario público, burócrata o director de una entidad del estado, uno puede esperar la respuesta típica: es que...(cambie los puntos suspensivos por la excusa que usted prefiera).
Ellos no pueden aceptar que se equivocaron. Siempre hay alguna explicación, justificación o excusa. O responden con algo que no tiene nada que ver con la pregunta formulada. O le echan la culpa a alguien más. No vale que el señalamiento sea perfectamente lógico y que la verdad esté ahí, a la luz pública, al final se saldrán con la suya: quedar bien (o eso creen) con la ciudadanía.
Hace unas semanas escribí sobre la improvisación del DANE en el arranque del censo. A nuestro correo llegó una amable carta explicando “por qué es importante el censo” y detallando la metodología usada, el entrenamiento que se dio a los funcionarios, etc. Se nota que no leyeron o no entendieron. Pues claro que es importante el censo. Pero que la embarraron durante la primera semana, la embarraron. Y de eso se trataba el artículo. Nada más.
La “excusitis” es algo tan arraigado en nuestro país que debe ser parte del perfil del colombiano: “profesora no pude hacer la tarea porque…”, “jefe, llegué tarde porque…”, “no puedo recibirle la consignación porque…”. En el día a día escuchamos excusas de todo tipo. Hagan la prueba, pongan atención cuando pregunten algo y con certeza la excusa aflorará en una fracción de segundo.
Pero lo peor se da cuando esa excusa viene en un tono de soberbia, como queriendo decir: si le gusta bien o si no también. ¿Entenderán los funcionarios públicos que la pregunta se hace por algo?. Uno no va a una ventanilla de información porque sí, va a preguntar porque no sabe y porque tiene todo el derecho de recibir una respuesta,no una excusa.
El colmo de la soberbia llega cuando se saltan los procedimientos establecidos. Si un trámite debe durar dos días, usted esperaría que en dos días el asunto estuviera solucionado. Pues no, pasan semanas y se reciben toda serie de “fuequés”. No importa la lógica, no importa que sea obvio que usted tienen la razón, si al funcionario público se le mete en la cabeza que usted está equivocado, a rezar, sonreír y tener paciencia. Si fue éste quien se equivocó, ni se le ocurra hacérselo notar, se gana su enemistad y su trámite pasará misteriosamente al final del arrume de papeles. Lo mejor es dar las gracias y decir vuelvo mañana.
Los funcionarios deben responder ante el público. Su trabajo es servir a la comunidad de una manera eficiente y amable. El problema es que muchos están en su puesto, como pago de un favor político y no porque reúnan las características necesarias para ejercer el cargo. ¡ Y se les olvida que su salario sale de los impuestos que pagamos los ciudadanos !.
¿Vale la pena quejarse?, definitivamente sí, pero nos encontramos ante el mismo problema: quien recibe la queja también es funcionario público. A veces es necesario acudir a los medios y cuando notan que media Colombia se enteró de la embarradita, los problemas se solucionan rápidamente. A mí me encanta la excusa que usan en estos casos : la verdad yo no estaba enterado de este hecho……pero inmediatamente tomaremos cartas en el asunto.Partamos de algo irrefutable: los colombianos no somos idiotas. Pareceremos idiotas por nuestra indolencia, pero no lo somos. Ustedes cumplan con su trabajo de servir a la comunidad, sean amables, respondan a los interrogantes, guíen a la ciudadanía y sobre todo, no den excusas, den respuestas.

Unas pregunticas y un "modelo" de eficiencia
¿Si la declaración del IVA es algo de obligatorio cumplimiento, por qué el bendito formulario es tan difícil de conseguir?, ¿en qué va lo del conector de la calle 80 de Bogotá?, ¿se cumplirá la orden de chatarrizar los vehículos de servicio público con más de 20 años de servicio?, ¿cuándo van a controlar la circulación de buses chimenea?
Estimado usuario de Atrabilioso, agregue su pregunta a esta lista. Lo más seguro es que obtenga una excusa como respuesta, pero no importa, arriésguese y formúlela, tal vez alguien se digne darle trámite.
Una perla de eficiencia: en cierto consulado colombiano en algún país latinoamericano, al señor cónsul se le ocurrió que para brindar un mejor servicio iba a establecer días para diferentes tipo de servicios. Pasaportes los lunes, autenticaciones los martes, solicitud de copias de documentos los miércoles, etc, etc. Es decir, ¡ ni se le ocurra perder su pasaporte un martes, porque le toca esperar hasta el siguiente lunes para que le den un documento que le permita viajar!. A una pobre señora la atracaron y le robaron los pasaportes de ella y los de su familia, ya no tenía dinero con qué pagar el hotel y la “soberbia” asistente del cónsul le dijo: en el cartelón de la entrada están establecidos los días en que se tramitan pasaportes. Muy eficientes.