Por José Fernando Bonilla Ballesteros, Editor General Sistema Atrabilioso.
NOTA DEL EDITOR: Sin querer parecer obsesivo con el tema de la ineficiencia de los servidores públicos, creo necesario seguir martillando sobre este asunto. En las últimas horas, mientras escribía esta nota, el secretario de Salud del Distrito Julian Eljaech presentó renuncia a su cargo.
Para ser funcionario público no basta un simple nombramiento, ni tener vocación, ni ser amigo del alcalde de turno o de quien lo nombra, ni obtener el número necesario de votos. Un funcionario público debe tener la preparación adecuada y suficiente para ejercer el cargo que ostenta.
Y no sólo tener la preparación, sino saber hacer uso de los conocimientos que posee. Es que cada vez que uno se entera de las decisiones de ciertos funcionarios dan ganas de agarrar teléfono, llamarlos y pegarles una vaciada de padre y señor nuestro.
La última perla de sabiduría fue aplicada al SISBEN en Bogotá. A mi me parece que el señor Secretario de Salud del Distrito y de ahí para abajo todos sus colaboradores o son muy ineptos o saben de cualquier cosa menos de administración pública (y mucho menos privada).
Pues resulta que es necesario actualizar la base de datos de los beneficiarios del SISBEN, cosa por demás natural, incorporando electrónicamente la huella digital del beneficiado. Los funcionarios distritales anunciaron que la actualización se realizaría en las instalaciones de Corferias. Hasta aquí todo parece bien, excepto por un pequeño detalle: los brillantes funcionarios no hicieron la citación con un orden lógico, lo que significaba que todos aquellos beneficiarios del SISBEN debían presentarse en el mencionado lugar cuando así lo quisieran. Es importante recordar que el número de afiliados a este sistema se acerca al millón y medio de bogotanos, quienes debían presentarse en el plazo de un mes.
Obviamente el caos fue total. Filas interminables, niños, mujeres embarazadas y ancianos haciendo cola por horas (en muchos casos más de 24), y esto bajo la inclemente lluvia, aguantando hambre, sed y sin siquiera tener acceso a un baño.
Y sale el señor subsecretario de Salud del Distrito diciendo que todo estaba bajo control, que las personas conocían el procedimiento, que no era necesario que fuera toda la familia, que ya casi atendían a todo el mundo. ¡Por Dios caballero! ¿usted cree que la población es idiota?. Afortunadamente llegaron los medios de comunicación. Y debo referirme a uno en especial: CityTv. Ellos encararon al mencionado funcionario, mostraron a la ciudadanía lo que estaba sucediendo y lograron (así lo nieguen las prestantes autoridades capitalinas), que la secretaría de Salud tomara las medidas que debió prever desde el principio: descentralizar las actualizaciones de datos haciéndolas en cada zona de la ciudad y adelantar dicha actualización el año entrante, después de una adecuada preparación y planeación.
¡Bien por CityTv, bien por su equipo de periodistas!
La población merece respeto señores funcionarios. El hecho de que sea gente de escasos recursos económicos no los hace menos merecedores de consideración, información adecuada y eficiencia por parte de los servidores públicos. Ustedes están ahí para cumplir con una función: cúmplanla y dejen de tratar a la ciudadanía como si fuera una partida de ignorantes.
Lástima que la muerte de un señor que estaba haciendo fila en Corferias fuera el detonante de esta situación. Es que parece que si no hay muertos no hay respuestas. Acá nadie dice que esta muerte fue culpa de la secretaría de Salud, pero lo que si es cierto es que sólo cuando ocurren estos hechos lamentables nos despertamos de la indolencia.
Y para los responsables de los pagos de las pensiones de jubilación: ¿les gustaría que sus padres y abuelos tuvieran que estar haciendo fila por horas para recibir un dinero al que tienen derecho? ¿no han oído hablar nunca de cuentas de ahorro y depósitos electrónicos?
No, se me olvidaba, ustedes son muy creativos y tienen todo perfectamente controlado.
¡Que horror!