Cuando uno lee el periódico, ve las noticias o repasa una revista y se encuentra con una noticia relacionada con alguna embarrada de un funcionario público, burócrata o director de una entidad del estado, uno puede esperar la respuesta típica: es que...(cambie los puntos suspensivos por la excusa que usted prefiera).
Ellos no pueden aceptar que se equivocaron. Siempre hay alguna explicación, justificación o excusa. O responden con algo que no tiene nada que ver con la pregunta formulada. O le echan la culpa a alguien más. No vale que el señalamiento sea perfectamente lógico y que la verdad esté ahí, a la luz pública, al final se saldrán con la suya: quedar bien (o eso creen) con la ciudadanía.
Hace unas semanas escribí sobre la improvisación del DANE en el arranque del censo. A nuestro correo llegó una amable carta explicando “por qué es importante el censo” y detallando la metodología usada, el entrenamiento que se dio a los funcionarios, etc. Se nota que no leyeron o no entendieron. Pues claro que es importante el censo. Pero que la embarraron durante la primera semana, la embarraron. Y de eso se trataba el artículo. Nada más.
La “excusitis” es algo tan arraigado en nuestro país que debe ser parte del perfil del colombiano: “profesora no pude hacer la tarea porque…”, “jefe, llegué tarde porque…”, “no puedo recibirle la consignación porque…”. En el día a día escuchamos excusas de todo tipo. Hagan la prueba, pongan atención cuando pregunten algo y con certeza la excusa aflorará en una fracción de segundo.
Pero lo peor se da cuando esa excusa viene en un tono de soberbia, como queriendo decir: si le gusta bien o si no también. ¿Entenderán los funcionarios públicos que la pregunta se hace por algo?. Uno no va a una ventanilla de información porque sí, va a preguntar porque no sabe y porque tiene todo el derecho de recibir una respuesta,no una excusa.
El colmo de la soberbia llega cuando se saltan los procedimientos establecidos. Si un trámite debe durar dos días, usted esperaría que en dos días el asunto estuviera solucionado. Pues no, pasan semanas y se reciben toda serie de “fuequés”. No importa la lógica, no importa que sea obvio que usted tienen la razón, si al funcionario público se le mete en la cabeza que usted está equivocado, a rezar, sonreír y tener paciencia. Si fue éste quien se equivocó, ni se le ocurra hacérselo notar, se gana su enemistad y su trámite pasará misteriosamente al final del arrume de papeles. Lo mejor es dar las gracias y decir vuelvo mañana.
Los funcionarios deben responder ante el público. Su trabajo es servir a la comunidad de una manera eficiente y amable. El problema es que muchos están en su puesto, como pago de un favor político y no porque reúnan las características necesarias para ejercer el cargo. ¡ Y se les olvida que su salario sale de los impuestos que pagamos los ciudadanos !.
¿Vale la pena quejarse?, definitivamente sí, pero nos encontramos ante el mismo problema: quien recibe la queja también es funcionario público. A veces es necesario acudir a los medios y cuando notan que media Colombia se enteró de la embarradita, los problemas se solucionan rápidamente. A mí me encanta la excusa que usan en estos casos : la verdad yo no estaba enterado de este hecho……pero inmediatamente tomaremos cartas en el asunto.Partamos de algo irrefutable: los colombianos no somos idiotas. Pareceremos idiotas por nuestra indolencia, pero no lo somos. Ustedes cumplan con su trabajo de servir a la comunidad, sean amables, respondan a los interrogantes, guíen a la ciudadanía y sobre todo, no den excusas, den respuestas.
Unas pregunticas y un "modelo" de eficiencia
Ellos no pueden aceptar que se equivocaron. Siempre hay alguna explicación, justificación o excusa. O responden con algo que no tiene nada que ver con la pregunta formulada. O le echan la culpa a alguien más. No vale que el señalamiento sea perfectamente lógico y que la verdad esté ahí, a la luz pública, al final se saldrán con la suya: quedar bien (o eso creen) con la ciudadanía.
Hace unas semanas escribí sobre la improvisación del DANE en el arranque del censo. A nuestro correo llegó una amable carta explicando “por qué es importante el censo” y detallando la metodología usada, el entrenamiento que se dio a los funcionarios, etc. Se nota que no leyeron o no entendieron. Pues claro que es importante el censo. Pero que la embarraron durante la primera semana, la embarraron. Y de eso se trataba el artículo. Nada más.
La “excusitis” es algo tan arraigado en nuestro país que debe ser parte del perfil del colombiano: “profesora no pude hacer la tarea porque…”, “jefe, llegué tarde porque…”, “no puedo recibirle la consignación porque…”. En el día a día escuchamos excusas de todo tipo. Hagan la prueba, pongan atención cuando pregunten algo y con certeza la excusa aflorará en una fracción de segundo.
Pero lo peor se da cuando esa excusa viene en un tono de soberbia, como queriendo decir: si le gusta bien o si no también. ¿Entenderán los funcionarios públicos que la pregunta se hace por algo?. Uno no va a una ventanilla de información porque sí, va a preguntar porque no sabe y porque tiene todo el derecho de recibir una respuesta,no una excusa.
El colmo de la soberbia llega cuando se saltan los procedimientos establecidos. Si un trámite debe durar dos días, usted esperaría que en dos días el asunto estuviera solucionado. Pues no, pasan semanas y se reciben toda serie de “fuequés”. No importa la lógica, no importa que sea obvio que usted tienen la razón, si al funcionario público se le mete en la cabeza que usted está equivocado, a rezar, sonreír y tener paciencia. Si fue éste quien se equivocó, ni se le ocurra hacérselo notar, se gana su enemistad y su trámite pasará misteriosamente al final del arrume de papeles. Lo mejor es dar las gracias y decir vuelvo mañana.
Los funcionarios deben responder ante el público. Su trabajo es servir a la comunidad de una manera eficiente y amable. El problema es que muchos están en su puesto, como pago de un favor político y no porque reúnan las características necesarias para ejercer el cargo. ¡ Y se les olvida que su salario sale de los impuestos que pagamos los ciudadanos !.
¿Vale la pena quejarse?, definitivamente sí, pero nos encontramos ante el mismo problema: quien recibe la queja también es funcionario público. A veces es necesario acudir a los medios y cuando notan que media Colombia se enteró de la embarradita, los problemas se solucionan rápidamente. A mí me encanta la excusa que usan en estos casos : la verdad yo no estaba enterado de este hecho……pero inmediatamente tomaremos cartas en el asunto.Partamos de algo irrefutable: los colombianos no somos idiotas. Pareceremos idiotas por nuestra indolencia, pero no lo somos. Ustedes cumplan con su trabajo de servir a la comunidad, sean amables, respondan a los interrogantes, guíen a la ciudadanía y sobre todo, no den excusas, den respuestas.
Unas pregunticas y un "modelo" de eficiencia
¿Si la declaración del IVA es algo de obligatorio cumplimiento, por qué el bendito formulario es tan difícil de conseguir?, ¿en qué va lo del conector de la calle 80 de Bogotá?, ¿se cumplirá la orden de chatarrizar los vehículos de servicio público con más de 20 años de servicio?, ¿cuándo van a controlar la circulación de buses chimenea?
Estimado usuario de Atrabilioso, agregue su pregunta a esta lista. Lo más seguro es que obtenga una excusa como respuesta, pero no importa, arriésguese y formúlela, tal vez alguien se digne darle trámite.
Una perla de eficiencia: en cierto consulado colombiano en algún país latinoamericano, al señor cónsul se le ocurrió que para brindar un mejor servicio iba a establecer días para diferentes tipo de servicios. Pasaportes los lunes, autenticaciones los martes, solicitud de copias de documentos los miércoles, etc, etc. Es decir, ¡ ni se le ocurra perder su pasaporte un martes, porque le toca esperar hasta el siguiente lunes para que le den un documento que le permita viajar!. A una pobre señora la atracaron y le robaron los pasaportes de ella y los de su familia, ya no tenía dinero con qué pagar el hotel y la “soberbia” asistente del cónsul le dijo: en el cartelón de la entrada están establecidos los días en que se tramitan pasaportes. Muy eficientes.